Nuestro sistema es la medida del absurdo, ya que tratamos al delincuente a la vez como un chico, de modo de tener derecho a castigarlo, y como un adulto, para poder negarle consuelo.
Odia el delito y compadece al delincuente
Un político, que extermina hombres para ascender, es considerado, según su éxito, como un facineroso o como un héroe.
Pido a las generaciones futuras que algún día reivindiquen mi nombre, ya que muero como un bandido en tierra extraña.
Yo no llamo malvado propiamente al que peca, sino al que peca sin remordimiento.
Observe como, en política, el término extremismo se ha convertido en un sinónimo de malvado, independientemente del contenido del asunto (lo malvado no es aquello sobre lo que se sea extremo, sino el mero ser extremo, esto es, consistente).