Las guerras no son causadas porque se construyan armas. Son causadas cuando un agresor cree que puede alcanzar sus objetivos a un precio aceptable
Si reinase la justicia bastaría con haber construido nuestra casa y no se necesitaría otra protección que la del derecho público de propiedad. Pero como lo que está a la orden del día es la injusticia, se exige que quien ha construido su casa esté también en condiciones de protegerla; de lo contrario, es incompleto su derecho a ella y el agresor tiene derecho a la fuerza bruta.
En nuestra opinión, poner en un pedestal de Lenin como un guía de todos los trabajadores del mundo no es nada más y nada menos que una malvada y criminal farsa cometida respecto a la humanidad engañada y oprimida, todavía cegada lo suficiente como para adjuntar a esta broma un valor definido y específico.
La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera.
Todas vuestras teologías occidentales, todo el conjunto de los mitos, está basado en el concepto de un Dios como delincuente senil.
Los medios de seguridad mecánicos son medidas constructivas que un delincuente sólo puede superar mediante la fuerza y dejando rastros de violencia.
Bronca porque matan con descaro pero nunca nada queda claro, bronca porque roba el asaltante pero también roba el gobernante.
Ultimamente se han escrito varias obras de teatro sobre la monstruosa injusticia que supone el actual código de moral social. Por supuesto que es una vergüenza insultante que haya una ley para el hombre y otra para la mujer. Yo creo que no debería haber ley alguna para ninguno de los dos.
No hay nada más terrible, insultante y deprimente que la banalidad.