Debería considerarse a todo escritor como un malhechor que en muy contados casos merece perdón y gracia. Este sería un remedio contra la invasión de los libros.
En España la forma mejor de asegurarse una larga estancia en prisión en estos momentos es ingresar en ETA, con una particularidad: que desde el día en que un malhechor de ETA pone la bomba hasta el día que ingresa en la cárcel cada vez pasa, cada vez transcurre menos tiempo.
El terrorismo no tiene ningún calificativo más; es criminal y asesino. No hay terrorismo islámico islamista ni católico ni vasco.
Tengo que decir que estoy a favor de la flagelación pública. Para un tipo de criminal para el que esta humillación podría funcionar particularmente bien es el delincuente juvenil, muchos de los cuales consideran un honor el ser enviados a un correccional de menores. Y no sería algo tan 'suave' el ser flagelado públicamente.
Los medios de seguridad mecánicos son medidas constructivas que un delincuente sólo puede superar mediante la fuerza y dejando rastros de violencia.
Todas vuestras teologías occidentales, todo el conjunto de los mitos, está basado en el concepto de un Dios como delincuente senil.
Un político, que extermina hombres para ascender, es considerado, según su éxito, como un facineroso o como un héroe.
Observe como, en política, el término extremismo se ha convertido en un sinónimo de malvado, independientemente del contenido del asunto (lo malvado no es aquello sobre lo que se sea extremo, sino el mero ser extremo, esto es, consistente).
Tan violento, tan frágil, tan tierno, tan desesperado, este amor hermoso como el día y malvado como el tiempo.
Aquí te pillo aquí temazo, aquí las patadas, no hay besos ni abrazos