La imaginación no caza en jaurías: para imaginar eficazmente, el niño necesita la soledad mental absoluta; saber que únicamente entre las páginas del libro, si tiene suerte y si el libro lo interpela, descubrirá por sí mismo el hilo de una historia secreta contada únicamente para él. A esa singular lección aspira toda la literatura.
Por el hilo se saca el ovillo.
Las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río. Si están allí es para que podamos llegar al otro margen, el otro margen es lo que importa.
Hay que tener mucha personalidad y un entorno en donde uno se pueda sentir arropado para no dejarse llevar por la corriente de la moda.
El reguero de pueblos que ha presenciado nuestros esfuerzos contestará con voces de clarín anatematizando a la legión de traidores científicos que aun en las pavorosas sombras de su derrota, forjan nuevas cadenas para el pueblo o intentan aplastar la reivindicación de esclavos, de parias, de autómatas y de lacayos
Para figurarse una situación desconocida, la imaginación toma prestados elementos conocidos y a causa de ello no se la figura. Pero la sensibilidad, aún la más física, recibe, como un reguero de pólvora, la firma original y por mucho tiempo indeleble del nuevo acontecimiento.
Ese veintitrés de diciembre un cajón de whisky escocés se cayó mientras lo descargaban, como suele ocurrir con un cajón de whisky escocés que se descarga un veintitrés de diciembre en el muelle cuarenta y uno.
...De este yo depende la conciencia; él gobernará los accesos a la motilidad, vale decir: a la descarga de las excitaciones en el mundo exterior.
Después de todo el derramamiento de sangre habido en este siglo, sabemos que es fácil decir 'nunca más', pero mucho más difícil lograr que así sea
Juntos compartimos los azares de la guerra, la desolación de nuestros hogares, el derramamiento de sangre de nuestros hermanos, y los toques marciales de los clarines de la victoria