Los ojos se le habían transformado en huevos de cristal inestable que vibraban con una frecuencia de algo que llamaban lluvia y un ruido de trenes, haciendo brotar de golpe y entre zumbidos un bosque de espinas de cristal, finas como cabellos.
Es un bosque que navega y se balancea sobre las olas, un bosque en donde, sin saberse cómo, comenzaron a cantar pájaros, debían de estar escondidos por ahí y de repente decidieron salir a la luz, tal vez porque la cosecha ya esté madura y es la hora de la siega...
No es un matorral ardiendo; sino un manantial para siempre. No hay sed que no apague.
En aquel lugar donde arrancaron de raíz las matas de beleño y de zarzamora para hacerle sitio al campo de golf de Medallion City, había un barrio.
La Ambición, la Presunción, la Temeridad, la Opresión, la Tiranía y otras compañeras y servidoras de estas diosas no es preciso que se las lleve consigo allí donde sería necesario que estuvieran todas ociosas por no haber campo suficiente para ellas.
A veces amar es una pesada cruz, pero tú eres tan simplemente bella...El secreto de tu gracia es igual a la clave del enigma de la vida.
Cada descubrimiento alimenta un enigma nuevo. El amor siempre puede con nuestras definiciones. Sabiduría es llegar a un acuerdo con la propia angustia. Mientras la vida acosa, fructifica.
Cada mañana, al despertar, resucitamos; porque al dormir morimos unas horas en que, libres del cuerpo, recobramos la vida espiritual que antes tuvimos cuando aún no habitábamos la carne que ahora nos define y nos limita, y éramos, sin ser, misterio puro en el ritmo total del Universo.
La fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios
No es un matorral ardiendo; sino un manantial para siempre. No hay sed que no apague.