La artificialidad garantiza el goce de la naturalidad.
Con la libertad viene la responsabilidad. Para la persona que no está dispuesto a crecer, la persona que no quiere llevar su propio peso, esta es una perspectiva aterradora.
Con la libertad viene la responsabilidad. Para la persona que no está dispuesta a crecer, la persona que no quiere llevar su propio peso, esta es una perspectiva aterradora
La simplicidad afectada es una impostura refinada.
La modestia, en el hombre de talento, es cosa honesta; en los grandes genios, hipocresía
Si solo pudiéramos ver los torrentes de hipocresía y crueldad, las mentiras, el degüello, las violaciones de toda obligación de la humanidad que han fluido de esta fuente en el curso de la historia de las naciones cristianas, ante tal visión palidecerían los peores cuadros mentales que nos pudiéramos formar del infierno
El fundamentalismo es siempre una falsificación de las religiones.
La fidelidad y la gratitud son dos flores raras que se encuentran difícilmente. Sólo Dios se encarga de su cultivo; los jardineros no logran generalmente producir más que una falsificación de ellas. A veces se les confunde, por lo cual es preciso conocerlas bien. En esto se lleva el peligro que con las setas, cuando no se distingue cuales son las buenas y cuales las venenosas
En la vida real, la farsa existe únicamente para los espectadores, nunca para los actores.
En nuestra opinión, poner en un pedestal de Lenin como un guía de todos los trabajadores del mundo no es nada más y nada menos que una malvada y criminal farsa cometida respecto a la humanidad engañada y oprimida, todavía cegada lo suficiente como para adjuntar a esta broma un valor definido y específico.
Cuando empecé a finales de los 50, todas las películas que hice - no importa qué el presupuesto fuese bajo - conseguí una representación de teatro de cada una. Hoy, a menos el 2o% de nuestras películas obtienen una versión teatral.
La situación que el teatro épico descubre es la de una dialéctica que se halla en estado de parálisis.
Cabe preguntarse si en ciertas clases populares no existe más duplicidad que en la alta sociedad, que sin duda se reserva para nuestra ausencia las frases descorteses, pero cuya actitud hacia nosotros no seria insultante si estuviéramos apenados
Tenemos la costumbre de burlarnos de los intelectuales por su duplicidad hamletiana, por sus dudas e indecisiones. Yo, en mi juventud, despreciaba en mí todos estos rasgos. Ahora pienso diferente: la humanidad está en deuda con los indecisos y los dubitativos por sus grandes descubrimientos, por sus grandes libros