Era espontáneamente emprendedor, firme e intrépido; poseía un corazón de guerrero, y habría podido sobresalir con esplendor a la cabeza de un ejército.
Se llama bueno al que quiere ser siempre el primero, pero también al que no quiere sobresalir en detrimento de nadie
Todo el que aspira a avasallar a sus semejantes, se ve obligado a ser impostor y sanguinario.
Estudié la vida de grandes y famosos hombres y mujeres, y descubrí que aquellos que llegaron a descollar fueron los que emprendían todo trabajo que les tocase hacer con todo vigor, energía, y entusiasmo de que eran capaces.