Para hacer el amor, allí estaba tu madre y el amor era el beso de otro mundo en la frente, con que se reanima a los enfermos, una lectura a media voz, la nostalgia de nadie y nada que nos da la música.
Tu voz de nostalgia huye con sonido de tren en mi memoria no en la tuya tan cercana a la mía de olvidos y rincones sobre inventarios de deslices.