Lo extraño en este mundo es que un tipo aplicado, sin la menor idea original, que copia a los que tienen autoridad sobre él hasta el nudo de la corbata o arruga de la barbilla, siempre logra llamar la atención. Es elegido. Asciende
A menudo pienso que si nos deslizáramos por los ojos del actor, encontraríamos un desván olvidado con juguetes y una copia del Domesday Book.
En general a mí las ideas se me ocurrían cuando espantaba recuerdos o cuando sentado a mi escritorio de ideas jugueteaba con la réplica del puñal de Sandokán, o miraba arder el fuego de la salamandra o miraba el cielo a través de la ventana.
La violencia se da siempre por una contra-violencia, es decir por una réplica a la violencia del otro.
Son un rebaño hasta el punto de que les es prohibido unirse para la reproducción de la especie sin el permiso o la bendición de su pastor, pues sólo el sacerdote tiene derecho a casarlos en nombre de ese dios que forma el único rasgo de la unión legítima entre ellos.
Criticar es reconocer que somos seres divididos. Criticar la sociedad es criticar nuestra propia complicidad en la reproducción de esa sociedad. Comprender esto no debilita nuestro grito de ninguna manera. Por el contrario, lo intensifica, lo hace más urgente.
El fundamentalismo es siempre una falsificación de las religiones.
La falsificación genera un problema sólo si tiene éxito, es decir, siempre que la falsificación esté tan bien diseñada que no se descubra.
Para la prensa, como para el hombre, la libertad sólo ofrece una posibilidad de ser mejor; el servilismo no es más que la certidumbre de ser peor
En estos días, que con indignación y vergüenza, tenemos que comprobar que vivimos tremenda crisis de los principios éticos, en la que la tabla de valores está invertida: se silencia de virtud, se pospone el mérito, se premia el servilismo y la vergonzosa incondicionalidad. He allí la principal causa de nuestra crisis política.