Las personas hacen mucha profesión de bondad, con infinidad de hermosas palabras, porque quieren que les consideren mejores que sus congéneres, buscando, de este modo, la fama ante los ojos del mundo. Aquellos que verdaderamente hacen el bien son los que emplean menos palabras con referencia a sus actos.
Es el oficio que elegí, para el que estoy preparado, formado. Se imagina que esto lo he pasado infinidad de veces. Sé de qué se trata y lo enfrento con la mayor entereza que me sea posible. Le aclaro, no me gusta hacer ostentación de fortalezas, ni de tener capacidades que después uno mismo puede o no sostener en el tiempo, pero sé de qué se trata, es mi oficio, hace 30 años que lo hago, y no es novedoso para mí.
No creo en la inmortalidad de las personas y considero que la ética es una preocupación exclusivamente humana, sin que exista ninguna autoridad sobrehumana detrás de ella.
En ese laberinto de terrores, habría preferido refugiarse en la penumbra del ateísmo, negar la inmortalidad del alma, convencerse de que, una vez cerrados los ojos, no volvería a abrirlos, y que el mismo momento aniquilaría a la vez su alma y su cuerpo. Pero hasta ese recurso le estaba negado.
Algo se marchitó en él: quizás la fe en la perennidad de la infancia.
Yo admiraba a Sartre por una gran parte de su obra, pero tenía mis dudas acerca de la perennidad de sus escritos filosóficos en los que invención, creación e imaginación cedían el puesto al discurso más convencional de la cultura universitaria.
La teología, que tiene por virtud ser absurda, y que cree en las cosas precisamente porque son absurdas, ha puesto por encima de las almas humanas inmortales y por consecuencia infinitas la infinitud superior, absoluta de dios.
Para Kant el tiempo y el espacio son formas infinitas. En el infinito no podemos concebir entes, o sea, los que son-siendo; por tanto en Kant está implícita la infinitud del fenómeno
Ese Algo que llamamos Dios dio voluntad de perduración a las cosas, amor a los seres y una planificación portentosamente inteligente a los cuerpos y a la vida
Yo estoy chapado a la antigua, no creo en las relaciones extramatrimoniales. La gente debería aparearse para siempre como las palomas... o como los católicos.
¡Denle gracias, todas Sus maravillosas obras! ¡Canten Su honra, canten Su gloria, bendigan y engrandezcan Su Nombre! ¡La alabanza de Jehová perdura para siempre jamás! ¡Amén, Amén!
Es bastante vergonzoso haber estado ocupado durante toda la vida por el problema del ser humano y haber descubierto que uno no tiene mucho más que ofrecer, a modo de consejo, que el consabido: Intenta ser un poco más amable.
Mi pueblo es muy serio, mi pueblo es una palabra muy seria, Elche es una palabra muy seria históricamente desde el neolítico, Elche no se fundó ahora... Por aquí pasó Amilcar Barca, César Augusto, infinidad de personajes que ahora están en otro planeta... Elche no es de hoy... ¡Y el que no se sienta ilicitano que se muera y que se vaya!
En un abrir y cerrar de ojos había comparado inmediatamente las cualidades de la primera y de la segunda; y había hecho una elección, una elección casi sin consecuencias prácticas, la misma que hacen casi todos los hombres al mirar a las mujeres. A pesar de que una infinidad de pensamientos le ocupaban la cabeza, decidió intimamente: ¡La elijo a ella!
Yo admiraba a Sartre por una gran parte de su obra, pero tenía mis dudas acerca de la perennidad de sus escritos filosóficos en los que invención, creación e imaginación cedían el puesto al discurso más convencional de la cultura universitaria.
Algo se marchitó en él: quizás la fe en la perennidad de la infancia.
La noche es la mejor representación de la infinitud del universo. Nos hace creer que nada tiene principio y nada, fin.
La teología, que tiene por virtud ser absurda, y que cree en las cosas precisamente porque son absurdas, ha puesto por encima de las almas humanas inmortales y por consecuencia infinitas la infinitud superior, absoluta de dios.
Ese Algo que llamamos Dios dio voluntad de perduración a las cosas, amor a los seres y una planificación portentosamente inteligente a los cuerpos y a la vida
Escribir canciones es lo que realmente quiero hacer con mi vida para siempre
Donde rompen los amantes para siempre queda el monumento de su despedida. Lo volverán a ver intacto y marmóreo cuantas veces pasen por este sitio.
Es bastante vergonzoso haber estado ocupado durante toda la vida por el problema del ser humano y haber descubierto que uno no tiene mucho más que ofrecer, a modo de consejo, que el consabido: Intenta ser un poco más amable.