Examinar los problemas en su integridad y no fragmentariamente: tal es la meta de la ciencia económica.
Nuestra integridad vale tan poco... pero es todo lo que tenemos, es el último centímetro que nos queda de nosotros, si salvaguardamos ese centímetro, somos libres
La fuerza y la mente son opuestas. La moralidad termina donde empieza la pistola.
Mustafa, el marido de Saniya, había adoctrinado a los niños en la creencia de que la pasión es la antítesis de la moralidad. Sólo cuando Amal dejó de lado la sofocante moralidad de su padre pudo experimentar la pasión.
La honestidad es la mejor política.
Los tres pilares del trípode del consentimiento son el deseo, los datos y la duda. La eficiencia y la honestidad tienen muy poco que ver con ello [...] El deseo reúne a los participantes, los datos establecen los límites de su diálogo. La duda enmarca las preguntas.
No votaba, apenas pagaba algunos impuestos; no podía engreírme ni de los derechos del contribuyente, ni de los del elector, ni siquiera del humilde derecho a la honorabilidad que veinte años de obediencia confieren al empleado. Mi existencia comenzaba a asombrarme seriamente. ¿No sería todo una simple apariencia?
Reinaba entonces en el ejército español un pundonor llevado hasta la más excesiva delicadeza y mi padre exageraba aún este exceso, cosa de que no puedo culparlo, pues el honor es, ciertamente, el alma y la vida de un militar.
La caballerosidad en amores es un ayuno siempre expuesto a quebrantarse
Les diré cómo sobreviví. Les diré que en las malas mañanas, se siente imposible encontrar placer en algo porque tengo miedo de que pueda serme arrebatado. Ahí es cuando hago una lista en mi cabeza de cada acto de bondad que he visto a alguien hacer. Es como un juego. Repetitivo. Incluso un poco tedioso después de más de veinte años. Pero hay juegos mucho peores que jugar.
He deseado para ti todo el bien y me acompaña la bondad del amor
El método seduce especialmente a gentes sometidas a una ética laboral implacable: alemanes, japoneses y norteamericanos. La utilización de una cámara aplaca la ansiedad que sufren los obsesionados por el trabajo por no trabajar cuando están en vacaciones y presuntamente divirtiéndose. Cuentan con una tarea que parece amigable imitación del trabajo: tomar fotografías.
La libertad es la condición ontológica de la ética; pero la ética es la forma reflexiva que adopta la libertad.
Para triunfar es necesario vencer, para vencer es necesario luchar, para luchar es necesario estar preparado, para estar preparado es necesario proveerse de una gran entereza de ánimo y una paciencia a toda prueba.
Es el oficio que elegí, para el que estoy preparado, formado. Se imagina que esto lo he pasado infinidad de veces. Sé de qué se trata y lo enfrento con la mayor entereza que me sea posible. Le aclaro, no me gusta hacer ostentación de fortalezas, ni de tener capacidades que después uno mismo puede o no sostener en el tiempo, pero sé de qué se trata, es mi oficio, hace 30 años que lo hago, y no es novedoso para mí.
¡Qué mayor dicha ni qué mayor gloria que la de pertenecer a un país donde se respeten las leyes, la equidad y el juicio de la opinión pública!
Construyamos los puentes del diálogo en lugar de muros de separación y puestos de control, y construyamos unas relaciones de cooperación basadas en la equidad y la paridad entre dos estados vecinos, en lugar de entablar políticas de ocupación, asentamientos, guerra y la eliminación mutua
Agradece al tiempo que, mucho más sabio que tú, no apresure tus horas de dolor ni se demore en tus momentos de dicha, sino que te los mida con la misma igualdad, con la misma ecuanimidad generosa.
De nuevo empezaron los lamentos desgarradores, los típicos gritos hidro-cefálicos, a cuya impresión dolorosa sólo el médico es capaz de resistir, precisamente porque los reconoce como un fenómeno típico. Lo típico deja frío, sólo lo individual es capaz de trastornarnos. Así se explica la ecuanimidad de la conciencia ante el dolor.
Merecer la vida no es callar y consentir tantas injusticias repetidas... Es una virtud, es dignidad y es la actitud de identidad más definida.
Las historias y los dramas chinos suelen terminar bien. Pero la mayoría de mis libros tienen un final trágico. Sin embargo, hablan de esperanza, dignidad y fuerza.
No se trata de saber si persiguiendo la justicia lograremos preservar la libertad. Se trata de saber que, sin la libertad, no realizaremos nada y perderemos a la vez la justicia futura y la belleza antigua.
La fuerza debe usarse como último recurso, únicamente cuando el sentido de humanidad y justicia no pueden prevalecer, pero si se hace uso de los puños libremente sin consideración alguna, la persona perderá el respeto de los demás y será vilmente tratada y censurada por sus bárbaras acciones.