El crecimiento de nuestros niños puede implicar que se les brinde la suficiente paciencia como para que les sea posible experimentar una sensación de posesión, y también que seamos lo bastante sabios como para enseñarles el valor de dar y además proporcionarles el ejemplo.
Deja que me llene de pequeñas gotas de lluvia, de tiernos corazones, de formas de niños no nacidos... Deja que me llene tal vez mi amor sea la cuna para el nuevo Mesías por nacer.