Vivir es asombrarse de estar en el mundo, sentirse extraño, llenarse de angustia ante la contingencia de dejar de ser, comprender la constante probabilidad de extraviarse, la necesidad de hacer amigos entre nuestros con seres, la contingencia de que sean enemigos, y estar alerta a lo genuino y a lo espurreo, a la verdad y al error.
Pese a los múltiples avances tecnológicos y científicos de la era moderna, el hecho de no poder comprobarse la vida del hombre después de la muerte, es la mayor muestra de su contingencia y de su pequeñez. Para que no se le olvide que sin dios es nada.
Lo característico de la vida actual no es la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza.
El uso indiscriminado de la violencia de uno y otro signo, sumió a los habitantes de la Nación en una atmósfera de inseguridad y de temor agobiante
Me falta un corazón me sobran cinco estrellas de hoteles de ocasión donde dejar mis huellas
La seducción de los sentidos es tan penetrante, los caprichos de la imaginación son tan violentos, que el espíritu se forja un sueño lleno de deleites, transportes y éxtasis o, por lo menos, una novela de sensualidad viva y variada; luego, en la ocasión propia, el torrente contenido se desborda, rompiendo los diques de la ley y el deber.
La ciencia es la expresión de una necesidad inherente al ser humano y, en todo caso, está ligada a la función superior de su naturaleza inteligente: la capacidad de crear.
Cuando el sacrificio se convierte en un deber y en una necesidad para el hombre, ya no hallo límite al horizonte que ante mí se abre.
Los niños no deben jugar con armas cuya peligrosidad no entiendan.
La peligrosidad es intrínseca al futuro. Los más notables avances de la civilización son procesos que casi aniquilan a las sociedades en cuyo seno se producen.
Mi vida se centra en esto: en la búsqueda de la mayor cantidad de momentos en los que estar bien conmigo misma. De placer. De estar con los amigos, la familia, ver una buena película o una exposición de pintura. De viajar...
Los fenómenos propios de la vida que tienen una meta y su propio carácter como fin, no tienen la vida como meta, sino la expresión misma de su esencia, la exposición de su significado. Y así también la traducción tiene por meta última el expresar la estrecha relación existente entre las lenguas.
Este libro os digo que repaséis, que él os ha de encaminar para que, como Ulises, escapéis de tanto escollo como os espera y tanto monstruo que os amenaza.
Si con dar un solo golpe se atajaran las consecuencias y el éxito fuera seguro..., yo me lanzaría de cabeza desde el escollo de la duda al mar de una existencia nueva.