Querer, es tener el valor de exponerse a un inconveniente; exponerse así es tentar al acaso y es jugar.
Nunca me dejé tentar por los elogios. Los elogios en el fútbol son de una hipocresía absoluta. El fútbol está concebido así, tiene que haber o una gran alegría o una gran tristeza. Derrota o victoria, sangre o aplauso son valores muy caros al ser humano. Entonces, en el fracaso sufro mucho la injusticia del trato, no logré nunca dominar eso. Siempre sufro mucho cuando perdemos y cuando soy maltratado, pero sí logré no creerme la duración del éxito. Como no se revisa por qué ganaste, da lo mismo, te adulan por haber ganado no porque mereciste ganar, por el recurso por el que ganaste, entonces tuve claro siempre que esa franela, porque ése es el término, es impostora.
Prefiero querer a poder, palpar a pisar, ganar a perder, besar a reñir, bailar a desfilar y disfrutar a medir. Prefiero volar a correr, hacer a pensar, amar a querer, tomar a pedir. Antes que nada soy partidario de vivir
Las personas que están solas en la montaña durante una medianoche clara como ésta casi pueden palpar el movimiento giratorio de la Tierra hacia el este.
Si el dinero y el uso inteligente de los medios electrónicos podían utilizarse para manipular el resultado de unas elecciones, el papel de la razón empezaba a disminuir.
La posibilidad de manipular las opiniones y sentimientos de las masas, descubierta en un principio por lo publicitarios, está siendo explotada ahora con mayor agresividad por una nueva generación de Maquiavelos.