Si tuvieses la intención de gustar a los demás, estarías preparado para transigir sobre cualquier cosa en cualquier momento, y no conseguirías nada
Sólo a través de la mujer llegó el hombre a gustar del árbol del conocimiento — ¿Qué había ocurrido? Al viejo Dios lo invadió una angustia infernal. El hombre mismo había sido su máximo fallo.
¡Gran Dios!, así es como han mancillado durante más de doscientos años tus altares; así es como seres razonables han creído deber honrarte; rociando tu templo con la sangre de tus criaturas, mancillándolo con horrores e infamias, con ferocidades dignas de los caníbales es como varias generaciones de hombres sobre la Tierra han creído cumplir tus deseos y agradar a tu justicia.
La sinceridad puede agradar cuando es usada con arte o cuando, por su rareza, no logra crédito
La vanidad nos persigue hasta en el lecho de la muerte. La soportamos con entereza porque deseamos superar su terrible grandeza y cautivar la admiración de los espectadores
Hay tres fuerzas, tres únicas fuerzas en la tierra capaces de vencer y cautivar para siempre la consciencia de estos débiles rebeldes, para su felicidad. Son: el milagro, el misterio y la autoridad.
Todo el mundo, sin importar lo fanáticos que sean a la hora de difamar y luchar contra el capitalismo, implícitamente lo homenajean al demandar apasionadamente sus productos
Suspiró y después sonrió con la misma sonrisa que, sin importar cuántas veces la viese, siempre le robaba el corazón. Cada vez que sonreía volvía a ser la primera vez.
No tenía nada en contra de los zulús. No habían hecho ningún daño a los indos. Tenía dudas sobre la rebelión en sí. Pero por entonces, yo creía que el imperio británico existía para el bienestar del mundo. Un sincero sentido de lealtad me impedía desear ningún mal al imperio. Por lo tanto, la justicia o derecho de la rebelión no podía afectar mi decisión.
Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho. La agrupación de las naciones europeas exige que la oposición secular entre Francia y Alemania quede superada, por lo que la acción emprendida debe afectar en primer lugar a Francia y Alemania
Los hombres en general juzgan más por los ojos que por las manos; porque el ver pertenece a todos, y el tocar a pocos... El vulgo se deja siempre coger por las apariencias... Y en el mundo no hay sino vulgo.
En las cabezas huecas se puede tocar bien el tambor. Y cuanto más hueca la cabeza, mayor el eco
La felicidad que da el dinero está en no tener que preocuparse por él.
Si logran que formules las preguntas equivocadas, no tienen que preocuparse por las respuestas.
Es lo que sé de la crueldad de la paciencia. No hay paciencia más terrible que la paciencia de las trastornadas. He visto a dementes afanarse en tareas interminables: trasvasar arena de una taza perforada a otra, contar las puntadas de un vestido raído o las motas en un rayo de sol, rellenar con las sumas resultantes libros invisibles de contabilidad.
¿Vale la pena afanarse durante veinte años para llegar a la duda, que crece por sí misma en todas las cabezas inteligentes?
Súbitamente comprendí que todas las cosas sólo van y vienen incluido cualquier sentimiento de tristeza: también se irá: triste hoy alegre mañana: sobrio hoy borracho mañana ¿Por qué inquietarse tanto?
Sólo somos animales. Vivimos tratando de ser menos solitarios. Uno de los métodos antiguos es contar una historia que comienza con algo como Esa es la forma que es, o por lo menos, la que pienso que es. Usted no está tan solo como piensa.
La música es el placer que experimenta la mente humana al contar sin darse cuenta de que está contando.
Yo mantengo que el término nación no es unívoco; que tiene muchos significados. Pero si se introduce en un texto legal, la evocación es jurídica y, en ese caso, la Constitución sólo menciona el término nación para referirse a España y sólo habla de nacional al referirse a la soberanía española.
Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas.
París responde a todo lo que el corazón desea. Uno puede divertirse, aburrirse, reír, llorar o hacer lo que se le antoje sin llamar la atención, puesto que miles de personas hacen otro tanto...y cada uno como quiere
Ahora sobrevivo y mi sueño está tan cerca de la vigilia que apenas si se puede llamar sueño.