Después de lo gozado y lo sufrido, después de lo ganado y lo perdido, siento que existo aún porque ya, casi a la orilla de mi vida, puedo recordar y gozar enloquecido: en lo que he sido, en lo que es ido...
¡Qué sorpresa tu cuerpo, qué inefable vehemencia! Ser todo esto tuyo, poder gozar de todo sin haberlo soñado.