La arquitectura es un foco donde han convergido tres propósitos distintos (utilidad, construcción y belleza). Se han fundido en un sólo método; han llegado a un resultado único; sin embargo, se distinguen entre sí según su propia naturaleza por una profunda y constante disparidad
España no ha tenido esas minorías selectas de cultura media de los países centroeuropeos. España nunca ha sido foco sino periferia. Algunos hombres extraordinarios, y luego, plebe.
No creas en el Maestro que te enseña que hay que creer en la luz y que tiene la luz; cree en el Maestro que sin decirte que tiene la luz y que hay que creer en ella, con su silencio, su reflexión y su paz de cuerpo, te manifiesta que la luz existe y, por lo tanto, hay que creer en ella.
En un primer momento, la gruta me pareció profundamente oscura. Los rayos solares parecían apagarse en ella por degradaciones sucesivas. Su vaga transparencia no era ya más que luz ahogada. El capitán Nemo entró en ella y nosotros le seguimos. Mis ojos se acostumbraron pronto a esas tinieblas relativas...
Tuve miedo como no lo he tenido jamás, pero no quise que mi madre y mis hermanas me creyesen cobarde, y permanecí inmóvil en medio del presbiterio, con los ojos fijos en la puerta entreabierta. La luz de la lámpara oscilaba. En lo alto mecíase la cortina de un ventanal, y las nubes pasaban sobre la luna, y las estrellas se encendían y se apagaban como nuestras vidas.
Ningún insecto se acerca a la lámpara aún más frío.
En este periodo de mi carrera, me veo a mí misma como una linterna muy pequeña en la historia de la humanidad.
Me dicen que abra los ojos y contemple las bellezas que el sol alumbra; que admire sus montañas, sus valles, sus torrentes, sus plantas, sus animales y no sé cuantas cosas más. Pero entonces, ¿el mundo no es más que una linterna mágica?. Ciertamente el espectáculo es espléndido, pero en cuanto a representar allí algún papel, eso es otra cosa.
Hideyoshi, que ahora era comandante del castillo de Yokoyama, había pasado el verano en las frías montañas al norte de Omi. Dicen los soldados que, para un luchador, la inactividad es más dura que el campo de batalla. La disciplina no puede descuidarse ni un solo día
No tiene sentido que mi país comercie con Corea del norte y China y no con Cuba.
Todo castillo debe tener una torre allí donde se encuentran dos muros, es necesario para defenderlo. Los valyrios dieron forma de dragones a esas torre para que la fortaleza pareciera aún más temible, y también por eso coronaron los muros con un millar de gárgolas, y no con simples almenas.
Yo mismo, sin ir más lejos, acababa de desaparecer. Un sentimiento de bienestar por haberme sabido borrar del mundo comenzó a invadirme y acabé sintiéndome, allí en la catedral vacía, igual que un día me había sentido en lo alto de la torre de Montaigne, rodeado por la soledad, el silencio, la locura, la libertad. Y por la bella infelicidad, otro de esos abismos.