La muerte de un ser querido es un hecho inevitable en nuestras vidas y el crecimiento que de eso deviene también.
El Señor no nos va a preguntar qué hicimos con el dinero, sino qué hicimos con la alegría, inevitable para vivir
No olvidéis que la poesía, si la pura sensitiva o la ineludible sensitiva, es asimismo, o acaso sobre todo, la intemperie sin fin, cruzada o crucificada, si queréis, por los llamados sin fin y tendida humildemente, humildemente, para el invento del amor
La reconstrucción de la historia argentina es, por eso, urgencia ineludible e impostergable. Esta nueva historia nos mostrará que los llamados capitales invertidos no son más que el producto de la riqueza y del trabajo argentinos contabilizados a favor de Gran Bretaña
Quiero que te muestres señor de la Vejez, a la que harás volver frecuentemente la vista atrás y si no ha dejado vestigios dignos la volverás molesta, triste, temerosa del juicio cercano de la próxima estación que la lleva al inexorable tribunal de Radamanto y harás así que sienta los horrores de la muerte antes de que ésta venga.
No es humano el deber que por soñar con una humanidad perfecta es inexorable con los hombres.
Cuando el sentimiento de melancolía bovina, de irremediable fatalismo se transforma en un lacerante sentido del horror, el arbusto del opio del optimismo acude en ayuda de los hombres
Era, en general, toda la gente que allí habitaba gente descentrada, que vivía en el continuo aplanamiento producido por la eterna o irremediable miseria...
A veces es necesario y forzoso que un hombre muera por un pueblo, pero nunca un pueblo entero debe morir por un hombre: acuérdate de esto siempre, Sefarad.
No ignoro que me tacharán de cruel, pero sé muy bien quiénes serán ésos...Debo recurrir, pues, al instrumento insensible de la justicia, al hacha, que es forzoso que caiga sobre la cabeza de los culpables.
El concepto de infinito es la barrera que el hombre ha inventado, como idea, contra el cauce imperioso de los sentimientos, que siempre están contaminados de eternidad.
Súbitamente sintió el deseo imperioso de escribir. Cierto es que, como suele decirse, Eros ama el ocio, y que sólo para el ocio ha nacido. Pero en ese momento de la crisis, su excitación le impulsaba a tranquilizar por medio de la palabra el torbellino de sus pensamientos.
Te prevengo que tengo el corazón duro, pero hay momentos en que me dejaría hacer pedazos por el primer desgraciado que se me cruza al paso.
Mi problema principal fue, naturalmente la religión, de aquí fui a los principios de la ética. La primera que examine fue mi religión positiva (ego. El Judaísmo). Se derrumbo. Decidí basarme en alguna religión natural, pero mi agonía era tanta que esta fundación también se derrumbo frente mis ojos. Nada, nada quedo. Era el ser humano más desgraciado en el mundo. Me hice ateo.
Un hombre no es desdichado a causa de la ambición, sino porque ésta lo devora.
Una de las cosas más tristes es que lo único que un hombre puede hacer durante ocho horas, día tras día, es trabajar. No se puede comer ocho horas, ni beber ocho horas diarias, ni hacer el amor ocho horas... lo único que se puede hacer durante ocho horas es trabajar. Y esa es la razón de que el hombre se haga tan desdichado e infeliz a sí mismo y a todos los demás.
En el odio nazi no hay racionalidad: es un odio que no está en nosotros, está afuera del hombre, es un fruto venenoso nacido del tronco funesto del fascismo pero está afuera y más allá del mismo fascismo.
Lo arbitrario no sólo es funesto cuando se utiliza para el crimen. Empleado contra el crimen, también es peligroso.
Lo que sí tiene trascendencia, y es esencial y específicamente humano, es el ámbito de lo afectivo. Pero el sexo no. Lo malo es que, en algún momento aciago de la humanidad, se cometió el trágico error de adjudicar a lo sexual un significado moral.
Durante las largas y tristes horas de su prisión, había empleado el tiempo en redactar un extenso diario, en donde contaba todo lo que sabía de su lamentable historia...
Es lamentable que, puestos a crear absurdos como el ombligo, Dios no haya provisto al cuerpo humano de bolsillos.
Lo patético y trágico en la suerte de este Odiseo no era para nostros lo que había sufrido, sino lo que aún le esperaba y a cuyo encuentro iba a pesar de todo con enteraza y sin ilusiones.
Nuestra pasión fue un trágico sainete en cuya absurda fábula lo cómico y lo grave confundidos risas y llanto arrancan
Porque el miedo, desde luego, es una emoción como cualquier otra; el miedo es una horrible clase de diversión.
Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo.
Cosa bella y mortal pasa y no dura.
Cuando Newton vio caer una manzana encontró asombro en su contemplación. Esto, dijo, es un modo de demostrar que la Tierra gira en redondo en una trayectoria de lo más natural, llamada gravitación. Fue el único mortal que pudo aprender, desde Adán, con la caída de una manzana
Otro generador de vejez es el hábito: el mortífero proceso de hacer lo mismo de la misma manera a la misma hora día tras día, primero por negligencia, luego por inclinación, y al final por inercia o cobardía. El hábito es necesario; es el hábito de tener hábitos, de convertir una vereda en camino trillado, lo que una debe combatir incesantemente si quiere continuar viva.
El venenoso griterío de una mujer celosa resulta más mortífero que los colmillos de un perro rabioso.
Estoy seguro de que incluso en la cámara de gas, cuando el fluido letal los estuviera ahogando y convirtiendo en terror la esperanza de sus corazones, el viejo doctor les susurraría en un último esfuerzo que todo estaba bien y que todo iba a salir bien, para ahorrar a sus pupilos, al menos, el miedo ante el paso de la vida a la muerte.
Nunca, ni siquiera ante un ruego, administraré algún veneno letal como tampoco daré consejo para eso; nunca daré a mujer alguna supositorio para que aborte. del El juramento de Hipócrates en la obra La historia del aborto por Robert Jütte, pp 33, según la traducción Deichgräber
Todo, entre los mortales, tiene el valor de los irrecuperable y lo azaroso El Inmortal
¿Qué momento de vida es distinto de un trabajo forzado que un preso realiza sin saber si algún día redimirá con él una culpa desconocida?
La exigencia de lograr los mismos beneficios que Cataluña del resto de comunidades es una excelente excusa para negar peticiones de todo tipo referentes a nuestra autonomía, ya que el Gobierno central se ve forzado a vetar el traspaso de competencias a Cataluña para no tener que hacer lo mismo con el resto de comunidades.