No tengo la pretensión de ser un escritor. Quien dice escritor dice, casi siempre, novelista y, ¡por Dios!, el misterio del Cuarto Amarillo está lo suficientemente cargado de trágico horror real como para precisar de la literatura. No soy y no quiero ser más que un fiel cronista.
Imbécil es el asno que anda muy cargado y que pretende correr.
Esa palabra, la del matrimonio y la de los hijos no están en mi lenguaje. Estoy concentrado en mi carrera. Lo que sucede es que en el amor tal vez pido más de lo que puedo dar. De hecho, cuando estoy enamorado disfruto mi soledad.
La voluntad, es el poder del deseo cuando está concentrado y sostenido
Fantasía constante quise para mis páginas, y ante lo difícil que es evitar la alucinación de realidad, mácula del arte, he creado el único personaje hasta hoy nacido cuya consistente fantasía es garantía de firme irrealidad en esta novela indegradable a real...
No buscábamos la pobre satisfacción del medro personal, ni anhelábamos la triste vanidad de los honores, ni queremos otra cosa que no sea el verdadero triunfo de la causa, consistente en la implantación de los principios, la realización de los ideales y la resolución de los problemas, cuyo resultado tiene que ser la salvación y el engrandecimiento de nuestro pueblo
Ladrad, perros, que yo frenaré vuestras lenguas con bozal más apretado que de bruñido acero, hasta los conductos de vuestras odiosas gargantas.
Qué bello nombre es tu nombre, Uruguay. Nombre para la fruta jugosa de la Patria. Alto nombre apretado de fuerza y de pureza como la luz y el aire que posa entre los árboles. ¡Qué bello nombre es tu nombre, Uruguay!
Detrás de todo lo que deseamos, siempre aparece algo siniestro, oculto tras un tupido velo.
Sólo hizo una cosa que me conmovió el corazón: a mitad de la cena, de repente me dijo que intuía que un día sería muy feliz. Y aquellas palabras me hicieron sentir con mayor claridad que se me había cerrado la posibilidad de ser feliz en la vida.
El organismo no es un sistema cerrado sino abierto. Llamamos cerrado a un sistema si no entra en él ni sale de él materia; es abierto cuando hay importación y exportación de materia.
Sospecho, sin embargo que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.
Habla suave y lleva un grueso bastón.
Hay un gran árbol; su tronco es tan grueso que sería muy difícil cortarlo. Ahí sigue al borde del camino. Los carpinteros que pasan por allí ni se dignan mirarle, pero muchos viajeros se cobijan bajo su enorme sombra. Así es el Sabio: de tan grande deviene en inútil, pero muchos se cobijan bajo sus palabras. ¿Por qué, entonces, va a ser perjudicial y malo no servir para nada?
Yo me hice un poco como David Attenborough, un poco científica. Como... ¿Cómo te diría?... un poco excesivamente analítica, excesivamente racional. Porque necesitaba aferrarme a algo sólido
Me he dedicado al humor de observación, algo muy especial. No soy repentista. Frente a una cámara, a un micrófono, a una hoja en blanco, es muy difícil ser sólido apelando a la improvisación.
Todo pasa; sólo el arte robusto es eterno
Un hombre furioso y bestial se dejará llevar hasta el asesinato, porque se hallará saturado de vino o furioso, inspirado por la ira o el alcohol. Es malo. Ignora el placer de matar, la caridad de dar muerte como una caricia, de hacerla intervenir en juegos que son como los de las fieras distinguidas: los gatos, los tigres, abrazan a sus presas lamiéndolas al mismo tiempo que las magullan.
¡Qué delicioso alborozo sentía correr por mis venas, cuan agradablemente todo mi ser respondía a las vibraciones y efluvios de aquel día gris saturado de una esencia primaveral, que en sí parecía lenta en percibirse!