Su pálida frente es un mapa confuso: la abultan montañas de hueso, que forman lo raro, lo inmenso, lo espeso de todos los siglos del tiempo difuso.
El lenguaje es sabor que entrega al labio la entraña abierta a un gusto extraño y sabio: despierta en la garganta; su espíritu aun espeso al aire brota y en la líquida masa donde flota siente el espacio y canta.