La vida de los hombre no se puede manchar por presunciones que no reposan en el conocimiento de la verdad*
Pensar que los buenos tiempos son cosa del pasado sería un fracaso personal. Y un suicidio creativo. Y un error. Piense que, en la época de las cavernas, el arte consistía en manchar las paredes con mierda... De modo que, con todo, hemos ido a mejor.
El diablo se alegra, sobre todo, cuando logra arrebatar la alegría del corazón del servidor de Dios. Llena de polvo las rendijas más pequeñas de la conciencia que puedan ensuciar el candor del espíritu y la pureza de la vida. Pero cuando la alegría espiritual llena los corazones, la serpiente derrama en vano su veneno mortal.
Me enfurece el modo en que lo tratan los medios. Creo que están intentado ensuciar su nombre, y creo que es injusto por el modo en que él ha contribuido a la cultura popular de América desde el día que nació. Creo que merece mucho más que eso.
Me preocupa que el ministro tenga esa actitud de energúmeno, donde sólo le importa desacreditar a Sobisch, rodeado de una banda de cuasi mafiosos.
Morir, morir. Qué cómodo. Cuesta más vivir, luchar cada día. Morir por las mujeres es dejarlas viudas. ¡Y desprestigiar a los médicos!
El hecho de denigrar a los seres queridos es algo que siempre nos aparta un poco de ellos.
Todo el mundo, sin importar lo fanáticos que sean a la hora de difamar y luchar contra el capitalismo, implícitamente lo homenajean al demandar apasionadamente sus productos
Si se te ocurre alguna vez criticar a un colectivo, siempre serán sus peores representantes los que se den por aludidos, y, para disimular, te acusarán de calumniar precisamente a aquellos en los que no pensabas al formular tu juicio.
Hemos de insistir en poner punto final al uso cínico de pseudoestudios falsos cuyo propósito es empañar la capacidad del pueblo de discernir la verdad.
Estoy muy feliz porque me he podido involucrar mucho más, tengo más libertad, me metí en el arte del disco, en el vestuario, en el diseño del escenario, en cada letra, hasta en los sonidos, estoy en todo y eso me da mucha tranquilidad, porque pase lo que pase con el disco voy a estar muy orgullosa de que hice lo que quise, que salió de mi corazón.
El crecimiento de nuestros niños puede implicar que se les brinde la suficiente paciencia como para que les sea posible experimentar una sensación de posesión, y también que seamos lo bastante sabios como para enseñarles el valor de dar y además proporcionarles el ejemplo.
Si no desarrollas una cultura democrática constante y viva, capaz de implicar a los candidatos, ellos no van a hacer las cosas por las que los votaste. Apretar un botón y luego marcharse a casita no va a cambiar las cosas.
En Jamaica, cuando eres niño aprendes a liar porros, todo el mundo prueba marihuana, yo también lo hice cuando era muy joven
La política fue en principio el arte de impedir a la gente meterse en lo que le importaba. En una época posterior agregósele el arte de comprometer a la gente a decidir sobre lo que no entiende
Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente
Deja en su musgo errar mis dedos, ahí donde brilla el botón de rosa: déjame, entre la hierba clara, beber las gotas de rocío, ahí donde la tierna flor está rociada; para que el placer, amada mía, ilumine tu frente cándida como, al alba, el azul tímido.
La ciencia ficción no es más que la búsqueda de respuesta a las preguntas perennes: ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cómo? A pesar de su nombre, es la menos precisa de todas las literaturas. Su destino es errar de una pregunta a otra y a veces, dar con la respuesta. Para acercarse a ella se requiere la certeza de que un poema oscuro dice mucho más que un discurso claro.
Anhelaba sentir por fin algo concreto en su interior; necesidades definidas que establecieran una clara distinción entre el bien y el mal, entre lo útil y lo inútil; anhelaba una capacidad de elección aun cuando pudiera equivocarse; es decir, prefería en cualquier caso equivocarse a ir por el mundo sólo con la sensibilidad a flor de piel.
Individual o colectiva, la juventud necesita creerse, a priori, superior. Claro que se equivoca, pero éste es precisamente el gran derecho de la juventud: tiene derecho a equivocarse impunemente.