Todos los asuntos públicos en el Congreso ahora se tratan con intrigas, y no hay peligro mayor de que todo el gobierno vaya a degenerar en una lucha de camarillas.
Si el Estado moderno se encarga cada vez más de repartir beneficencia y previsión a todos lados, a beneficio primero de unos, luego de otros, tiene que degenerar en una institución que estimula la desintegración moral y prepara su propia condena final.
Y lo que terminará por deteriorar aún más el sentimiento de la virtud es que no solamente no es un primer movimiento, natural, sino que es, por definición, un movimiento vil e interesado que parece decir: te doy para que me des.
El fenómeno de la globalización actual, en su afán de unificar los mercados, está poniendo en peligro las variedades culturales, su identidad, además de deteriorar su capacidad creativa.
Debido a que todavía existe una brecha salarial significativa, las mujeres tienden a ganar menos que los hombres a lo largo de su vida. Para agravar el problema, las mujeres tienden a pasar menos tiempo en el trabajo de los hombres.
¡Ay! Cuán falsa es la religión que hace del agravar el sufrimiento de otros nuestro mediador con ese Dios que quiere que se salven todos los hombres.
La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes.
Las personas deformes y los eunucos, los viejos y los bastardos suelen ser envidiosos porque el que no puede remediar su propio estado hará lo posible por dañar el de los demás.
Y lo que terminará por deteriorar aún más el sentimiento de la virtud es que no solamente no es un primer movimiento, natural, sino que es, por definición, un movimiento vil e interesado que parece decir: te doy para que me des.
El fenómeno de la globalización actual, en su afán de unificar los mercados, está poniendo en peligro las variedades culturales, su identidad, además de deteriorar su capacidad creativa.
Soy muy analítica y a veces despiadada conmigo misma, por eso todas estas manifestaciones de afecto por mis años no hacen más que agudizar mis dudas: ¿Qué merezco yo de todo esto? Apenas miro para atrás advierto la gran distancia que existe entre lo que yo hubiera deseado hacer y lo poco que llegué a concretar.
Actuar responsablemente no equivale a agudizar la razón, sino a agudizar los sentimientos.
No se puede hablar de decadencia española en sentido estricto, porque para decaer hay que caer desde algún sitio y España no ha llegado a cúspide alguna