Llegué siempre tarde y me sigo nutriendo de urgente futuro de tiempo inexplorado de riesgos y esperas como si fuera cierto que renacieran los días.
No se lo que pareceré a los ojos del mundo, pero a los míos es como si hubiese sido un muchacho que juega en la orilla del mar y se divierte de tanto en tanto encontrando un guijarro más pulido o una concha más hermosa, mientras el inmenso océano de la verdad se extendía, inexplorado frente a mi.
Pero alrededor de la casa nueva no había otras calles, ni nadie paseando tranquilamente ni caminando con prisa, y por supuesto, tampoco ninguna tienda ni puestos de fruta y verdura. Cuando cerraba los ojos, sólo notaba vacío y frío alrededor, como si se hallara en el lugar más solitario del planeta. Era como el fondo de la nada.
El pecho le dolía como si se lo hubiesen abierto para sacarle el corazón. Sentía allí un vacío atroz, un vacío real que no podía calmarse hasta que pudiera colocar allí el corazón de Cristina. Son estos fenómenos de una psicología particular que, según parece, no pueden ser comprendidos sino por aquellos a quienes el amor ha asestado ese golpe que en el lenguaje corriente se llama el flechazo.
Tu cuerpo es el país de las caricias, en donde yo, viajero desolado - todo el itinerario de mis besos - paso el otoño para no morirme, sin conocer el valor de tu ausencia como un diamante oculto en lo más triste.
¡No permanezcas a mis ruegos muda! Que estoy más desolado que, en su nido, el ave a la que cubre blanca nieve.
Madrid, deshabitado como mi colchón el verano en que me hice mayor, y ella que ya no llama.
Dícese con poca propiedad que el aburrimiento es un mal común. Podrá ser común el estar desocupado u ocioso, pero no aburrido. El fastidio no cabe sino en aquellos que no tienen espíritu
La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino mas bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos.
La tarde caía y la fiebre de comienzos del verano había abandonado el ambiente, al igual que la temperatura abandona a un gigante muerto.
Sin tener qué decir, pero profundamente destrozado, mi espíritu vacío llora su desventura de ser un soplo negro para las rosas blancas, de ser un agujero por donde se destruye la risa del amor, cuyos dos labios son la mujer y el hombre.
Por ejemplo... A veces, estando conmigo a solas, con tus manos entre las mías... Como ahora... Hemos pasado horas enteras en silencio. Sin decirnos una sola palabra, pero sin sentir el vacío entre nosotros. Y a eso llamo yo cariño, ¿comprendes? A esa plenitud tranquila, que sólo siente uno... Entre los suyos.
Tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores.
No preocuparse en absoluto de lo que la gente opina de uno mismo, no sólo es arrogancia, sino también desvergüenza
A la humanidad le espera un infierno. Un infierno de planeta, desértico y sin agua, y atestado de gente. Esa paradoja es desesperante. Ahí se entenderá en toda su magnitud la frase de Sartre sobre que el infierno son los demás