Cada vez que se sentía descorazonado se decía que lo que estaba haciendo, por muy incómodo que le resultara, era mejor que quedarse en la anterior situación, sin queso. En lugar de conformarse con que las cosas sucedieran, comenzaba a tomar el control.
No hay nada en el mundo que pueda compararse con un rostro humano. Es una tierra que uno no se cansa jamás de explorar, un paisaje (ya sea árido o apacible) de una belleza única. No hay experiencia mas noble, en un estudio, que la de constatar cómo la expresión de un rostro sensible, bajo la fuerza misteriosa de la inspiración, se anima desde el interior y se transforma en poesía.
Mi estilo nació como un niño, en un instante; con la diferencia de que a ese nacimiento le había precedido un atribulado embarazo de 35 años.
Dadme un poeta: haré de él dos músicos de los cuales uno será cancionista y el otro el pianista que le acompañe. Al cabo de un instante, el cancionista habrá montado un cabaret llamado Montmartrense. Unos años después, el pianista habrá muerto alcohólico y el cancionista será príncipe, duque o algo mejor aún.
Así como el ignorante esta muerto en vida, el hombre de talento vive aún después de muerto.
Madrid, deshabitado como mi colchón el verano en que me hice mayor, y ella que ya no llama.
Cuando en mi devastado país la primavera decida que ya es tiempo de florecer de nuevo, tendrá el abono de la osamenta humana que dispersó en todos lados la danza de la muerte.
Estábamos preparados para ello. Estaba disgustado un poco, diría yo, pero he visto cada foto que fue ELEGIDA y están todas las fotos maravillosas. Se me ocurre pensar en que Avatar es lo mejor en lo que puedes perdonarme.
Creo que Jesús estaría disgustado de que ignoremos la desgracia de aquellos a nuestro alrededor que sufren y de que nos centremos en nuestras propias necesidades egoístas a corto plazo. Creo que estaría descorazonado, en realidad.
A la humanidad le espera un infierno. Un infierno de planeta, desértico y sin agua, y atestado de gente. Esa paradoja es desesperante. Ahí se entenderá en toda su magnitud la frase de Sartre sobre que el infierno son los demás
Un solo ser nos falta, y todo está despoblado