Un solo ser nos falta, y todo está despoblado
¡No permanezcas a mis ruegos muda! Que estoy más desolado que, en su nido, el ave a la que cubre blanca nieve.
Tu cuerpo es el país de las caricias, en donde yo, viajero desolado - todo el itinerario de mis besos - paso el otoño para no morirme, sin conocer el valor de tu ausencia como un diamante oculto en lo más triste.
La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino mas bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos.
Pero si me es posible expresar, al cabo de tanto tiempo, lo que pensaba entonces, diré que estaba diez veces más asustado por haber abandonado mis resoluciones y haber retomado mis antiguas convicciones, que por el peligro de muerte ante el que me encontraba.
No estoy involucrada en la política o la religión. Sólo les hago saber que se trata del amor de Dios y el amor por la gente. Eso es más poderoso que cualquier arma de guerra
Un solo hombre es más digno de ver la luz que infinitas mujeres.
A la humanidad le espera un infierno. Un infierno de planeta, desértico y sin agua, y atestado de gente. Esa paradoja es desesperante. Ahí se entenderá en toda su magnitud la frase de Sartre sobre que el infierno son los demás
Dícese con poca propiedad que el aburrimiento es un mal común. Podrá ser común el estar desocupado u ocioso, pero no aburrido. El fastidio no cabe sino en aquellos que no tienen espíritu