Jamás un poeta alemán supo que yo componía versos; yo vivía entre escritores, pero ninguno de ellos adivinó que yo tenía una lapicera que carecía de alas y que titubeaba trémula sobre el borde del nido.
Un hombre de experiencia sabe más que un adivino
Nuestro sueño, cuando lo seguimos, es el mejor pronosticador de nuestro futuro.