Sigue tus deseos mientras vivas y no hagas más de lo que es debido; no disminuyas el tiempo de seguir tus deseos, ya que desperdiciar el tiempo es una abominación para el espíritu... Cuando ganes riquezas, sigue tus deseos, ya que la riqueza no es ganancia si uno está inactivo.
El que habla largamente, quitando la palabra a los demás y haciendo caso omiso a toda galantería, excita la oposición de los oyentes.
Todo lo que la oposición no quiere es que nosotros comparemos el gobierno del presidente Lula con el gobierno anterior, porque el gobierno anterior pierde 400 a cero. En la crisis, ellos aumentaban los tributos, tasas de interés, reducían la inversión y deprimían al Brasil. Nosotros disminuimos las tasas, tributos y aumentamos las inversiones
Por medio de la intuición venceremos la hostilidad aparentemente irreductible que separa nuestra carne humana del metal de los motores.
Si pudiéramos profundizar en la vida intima de nuestros enemigos, encontraríamos tanta tristeza y sufrimiento que desarmarían cualquier hostilidad nuestra.
¿Qué podría ser aquello? ¿Alguna manifestación venérea? ¿Algún resabio atávico? ¿La incubación de algún parásito maligno?... Zimens voló a preguntas, sufrió todos sus exámenes, todas sus prescripciones, para saber, al fin, que las garras implacables de un cáncer le habían cogido por lo más noble del cuerpo y que su mal era irremediable.
La fuerza motora de la crisis -sostiene- es el impulso hacia la libertad, la fuga recíproca del capital y del antitrabajo, la repulsión mutua del capital y de la humanidad. El primer momento de la revolución es puramente negativo
Si suprimiéramos el oro ¿qué motivo de acción nos restaría? Sin terror ¿qué nos sacaría de la inmovilidad? Inventaríamos el amor, la solidaridad de los esfuerzos; descubriríamos que el egoísmo, o sea la repulsión recíproca, no es mejor cemento para dar cohesión y eficacia a la sociedad... graves inconvenientes, utopías, locuras. Si hay algo prácticamente absurdo, es el sentido común.
La pasión ante la malevolencia y la estupidez se apaga.
En realidad no soy tanto un banquero como un estudioso de la malevolencia cósmica.