Sin ti, ni el pan ni el vino, ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso color de la mañana tienen ningún sentido ni para nada sirven
Con sus largos remos, parecidos a poderosas aletas, se producen remolinos en cada lado de la barca y se hace caer como lluvia de perlas las gotas sobre la superficie del agua; a voluntad se abre el líquido en surcos espumosos, y detrás se deja una larga estela donde vibra la luz serpenteando.
El que abusa de un líquido no se mantiene mucho tiempo sólido.