Con su particular falta de falsa modestia, Juan me dijo una vez: Mi aspecto es una dura prueba para la gente. Si no empiezan a verme hermoso cuando aún tienen la posibilidad de aprender algo nuevo, sé que están interiormente muertos, y que son peligrosos.
Subrayando, patética o fanáticamente, el aspecto enigmático de lo enigmático no hay avance posible; el misterio lo penetramos sólo en la medida en que lo reencontramos en lo cotidiano, gracias a una óptica dialéctica que nos presenta eso cotidiano en su condición de impenetrable, presentando a la vez lo impenetrable en su condición de cotidiano.
Los dialécticos y los sofistas, en sus disquisiciones, se revisten de la apariencia de filósofos.
Pero en materias como éstas -agrega el historiador- que exceden por completo la capacidad del hombre, puede suceder muy bien que quienes más discurren sean los que menos saben y lleguen a lograr una aceptable apariencia de verdad en sus argumentos, al par que se hallan extremadamente lejos de la verdad real y de la causa de los hechos.
Mundo de santos: a eso estamos llamados. Y esa ha sido siempre la misión de María con Jesús, tal vez por eso que su presencia incluso sensible en medio de nosotros se hace cada vez mayor: apariciones, milagros, y ese milagro de ese mar que se mueve bajo su influjo a la invocación de su nombre.
El hombre no es ni una piedra ni una planta, y no puede justificarse a sí mismo por su mera presencia en el mundo
Leí a Tiutschev, y, por primera vez en mi vida, escribí versos, ya no en forma esporádica sino a menudo y sistemáticamente, tal como se pinta o se compone música. Fue en la espesura de ese árbol donde, durante los dos o tres meses de verano, escribí los versos de mi primer libro.
Le diré a Mamá que has bebido una pinta en el ataud de Eugene.
Y al enemigo le digo: estás ya de hecho vencido. Mide tu responsabilidad, mide tus equivocaciones. Mírate por dentro, contémplate, y a ver si encuentras en tu panorama interior paisaje alguno que te invite a la continuación de esta lucha, porque rendición, no la esperes. ¡Rendición no la esperes! ¡¡Rendición no la esperes!! Encontrarás cadáveres; pero no hallarás prisioneros.
Fíjate en los niños pequeños. No tienen límite. Su mente es un enorme panorama de posibilidades.
Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar.
Los movimientos sociales deben unir las energías creativas y afirmativas de las personas, no sólo reiterar los daños y producir una identidad como sujetos del daño. Sin duda, no negaría que hay formas extremas, persistentes y malignas de victimización, pero adoptar esta perspectiva en un movimiento social es contraproducente.
Quién ha escogido el centro por morada, ve de una ojeada lo que está en la periferia.
Si veo que el infinito me agobia echare un vistazo en uno de esos agujeros negros de esos que dicen que hasta la luz se traga.
Me tomaste en broma, me tomaste por un niño, le diste un buen vistazo a mi trasero y después jugaste golf un rato. Tu meneo es el de un pez, me diste una palmadita en la cabeza, me invitaste a comer y a beber y a hacerme el 69, pero no escuchaste ni una maldita palabra de lo que dije. (Right Through You - 1995).
Quien con perspicacia declara su limitación se halla muy cerca de la perfección.
En las mujeres, el instinto equivale a la perspicacia de los grandes hombres.
En cuanto al poder disciplinario, se ejerce haciéndose invisible; en cambio impone a aquellos a quienes somete un principio de visibilidad obligatorio
La visibilidad de la Iglesia no consiste solamente en la visibilidad de los miembros tomados individualmente, sino en la visibilidad de su unidad, en la visibilidad de su comunidad.