Si se practican métodos como cubrir el suelo con paja y sembrar trébol como cobertura en vez de utilizar maquinaria y productos químicos creados por el hombre para emprender una guerra de aniquilación, entonces el medio volverá a su equilibrio natural e incluso las malas hierbas problemáticas podrán ser controladas.
La vida es un negocio cuyos ingresos no alcanzan, ni de lejos, a cubrir los gastos
Gastamos en nuestras pasiones el doble del tejido que se nos ha dado para arropar nuestra felicidad
Al cristianismo no se le debe adornar ni engalanar: él ha hecho una guerra a muerte a ese tipo superior de hombre, él ha extraído de esos instintos, por destilación, el mal, el hombre malvado — el hombre fuerte considerado como hombre típicamente reprobable, como hombre réprobo.
La gracia se da para curar al espíritu enfermo, no para adornar a héroes espirituales
La moda no sólo estaba hecha para embellecer a las mujeres, sino también para darles seguridad y confianza, y permitirles asumirse.
Para describir el cielo, no es necesario transportar hasta él los materiales de la tierra. Es necesario dejar la tierra, sus materiales, allí donde están, a fin de embellecer la vida con su ideal.
Este es el momento del reencuentro entre todos los paraguayos para reconciliarnos, unirnos y luchar por hermosear nuestra patria (...). Que la amistad siempre prospere en Paraguay. Dejemos atrás tantas diferencias que nos separan y aprendamos a caminar por el sendero de la amistad
El autoabastecimiento no está reservado a quienes poseen en el campo una hertarea de tierra. El morador de un piso urbano que aprende a arreglarse los zapatos se está volviendo, hasta cierto punto, autosuficiente: no sólo ahorra dinero, sino que acrecienta su satisfacción personal y su dignidad.
No existen mujeres feas, sino mujeres vagas o No existen mujeres feas, sólo mujeres que no saben arreglarse
La empresa sólo tiene una responsabilidad social: usar su energía y sus recursos para actividades que aumenten sus utilidades, siempre y cuando respete la regla de juego... y se dedique a una competencia franca y libre, sin engaños ni fraudes.
Para mí, los negocios no tienen que ver con usar un traje o complacer accionistas. Es acerca de ser sincero con uno mismo, sus ideas y hacer foco en lo esencial
Estoy harto de que sólo me hablen de dinero, dinero, dinero, dinero y más dinero. Tíos, sólo quiero jugar a baloncesto, beber Pepsi y calzar unas Reebok.
Tengo miedo de mirar mi dolor. No vaya a ser que me quede demasiado grande. Prefiero calzar mi deber como una valentía de espuelas e hincando mi pereza, que quisiera morir cobardemente, andar con frente firme ante la pampa yerma del dolor de los otros. Sólo así quiero merecer.
El hombre debe poner fin a atribuir sus problemas al entorno, y aprender de nuevo a ejercer su voluntad, su responsabilidad personal en el ámbito de la fe y la moral.
El movimiento de mayo y junio del 68 en Francia, con sus aspectos confusos y anárquicos y su inconclusión, no dejó de contribuir a poner de manifiesto los rasgos de debilididad de ese Estado, tras su aparente omnipotencia.
Tiene que encontrar más y mejores maneras de ocupar su tiempo. Su tiempo, qué idea tan absurda, como si le hubieran dado una caja de tiempo que le perteneciera sólo a él, llena hasta el borde con horas y minutos, que pudiera gastar como si se tratara de dinero. El problema es que la caja está agujereada y el tiempo se le escapa, haga lo que haga con él.
Nuestra política agrícola, como nuestra política energética, es simplemente gastar todo lo que podamos.
En el fondo la tradición no es más que una de las formas que podía revestir la historia pero sin los escollos de ésta. Cumple a la historia narrar los sucesos secamente, sin recurrir a las galas de la fantasía. Menos estrechos y peligrosos son los limites de la tradición. A ella, sobre una pequeña base de verdad le es lícito edificar un castillo
También yo me dormiré y entonces quizás te despiertes y pienses esto que yo estoy pensando, tal vez me imaginarás enredada en algún árbol enmarañado de los que sabes que me encantan y me quieras alcanzar tocándome, sacándome del mutismo de estación de radio apagada, volviéndome a traer hacia tu lado, hacia el amor que nos dio el sueño.
La televisión ha vuelto a traer el asesinato a las casas, es decir, donde pertenece.