Por la tarde, nos pusieron en fila. Tres prisioneros trajeron una mesa e instrumentos médicos. Con la manga del brazo izquierdo levantada, cada uno debía pasar delante de la mesa. Los tres antiguos, agujas en mano, nos grabaron un número en el brazo izquierdo. Yo me convertí en A-7713. En adelante no tendría otro nombre.
¿Ves mi mono para el trabajo? En el lado izquierdo lleva el emblema del Cavallino y yo lo siento latir su corazón al lado del mío
En el odio nazi no hay racionalidad: es un odio que no está en nosotros, está afuera del hombre, es un fruto venenoso nacido del tronco funesto del fascismo pero está afuera y más allá del mismo fascismo.
Saber demasiado es funesto para quien no sepa dominar su lengua. Es como un niño que tuviera un cuchillo.
Lo que sí tiene trascendencia, y es esencial y específicamente humano, es el ámbito de lo afectivo. Pero el sexo no. Lo malo es que, en algún momento aciago de la humanidad, se cometió el trágico error de adjudicar a lo sexual un significado moral.
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.
El hombre débil teme la muerte; el desgraciado la llama; el valentón la provoca y el hombre sensato la espera.
Nadie es desgraciado sino por su culpa.
No hay negador que no esté sediento de algún catastrófico sí.
Durante tantos milenios como llevan existiendo, los humanos no han comprendido en realidad qué es el amor. ¿Cuánto hay de físico y cuánto de mental en todo eso? ¿Cuándo es accidente y cuándo destino? ¿Por qué se destruyen parejas que son perfectas y funcionan otras que parecen imposibles? No conozco las respuestas mejor que ellos. El amor está simplemente donde está.
La anarquía es la más alta expresión del orden. Para que el socialismo llegue a su perfecta expresión, es preciso que salvaguarde al mismo tiempo los derechos del individuo y los derechos colectivos. El hombre no es un accidente sino un ser libre, necesario y activo, que, ciertamente, se une con sus semejantes pero no se confunde con ellos
Del Quijote se puede recrear el mundo. Como si el mundo estuviese siempre a un paso de la catástrofe y sólo la palabra pudiese salvarlo, la imaginación sostenerlo y la acción proyectarlo.
El socialismo es una secta o herejía del cristianismo, la mayor catástrofe de la Historia
Todo, entre los mortales, tiene el valor de los irrecuperable y lo azaroso El Inmortal
Hay un lado de mí que da miedo cuando actúo, porque siempre he querido desarrollar un tipo de método. Cuando la gente viene a mí y me dice que fui horrible en esto o en aquello, no quiero caer en siempre la misma interpretación. Pero, aunque parece mentira, he caído más de una vez
Se estremeció, como ante algo inevitable y pavoroso recordó muy de pasada que la vida nunca es agradable y grata, que hay un fin misterioso y horrible para todas las cosas, y penetró, hallándose en una sala muy amplia ilumina da por la luz del sol.
Lo que quiero es gente preparada: que se tomen el tiempo necesario para hacer las cosas bien. No quiero, ni necesito, batir ningún récord de tiempo. Eso suena a desastre
No se puede poner un final optimista, porque la vida no es optimista; tampoco se puede poner un final pesimista, porque sería un desastre comercial. Es necesario un final que incluya los dos.
Estoy convencido, de que si los esfuerzos por divorciar la política de la religión no se hubiesen hecho como se hicieron, la política no habría degenerado como con frecuencia ocurre... He conocido a muchos hombres religiosos que eran políticos disfrazados. Yo mismo, que tengo la apariencia de político, soy, de corazón, un hombre religioso.
Ya hemos indicado, por otra parte, que el favorecer la irrupción de los maketos es fomentar la inmoralidad en nuestro país; porque si es cierto que las costumbres de nuestro pueblo han degenerado notablemente en ésta época, débese sin duda alguna a la espantosa invasión de los maketos, que traen consigo la blasfemia y la inmoralidad.