Lo bueno de ser una celebridad es que, cuando la gente se aburre contigo, piensa que la culpa es suya.
Todo el mundo quiere estar cerca de Michael. Cada celebridad quiere conocer a Michael. Él es el rey del pop por una razón. Es un misterio.
La popularidad de un actor es fugaz
La popularidad del actor es efímera; hoy aplaudido, mañana olvidado.
Pienso publicar a Bayoán y éste es un pretexto para acercarme a ella con el pensamiento; trato de crearme aquí una reputación y es el aplauso de ella el que busco. Seriamente, temo ponerme tan mal de espíritu como Hamlet, si no realizo ya este triste ideal.
No puedes labrarte una reputación sólo por lo que vas a hacer
La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas
No puedes ser del todo libre mientras estés a merced del capitalista y del empresario, mientras dependa de ellos que trabajes o no trabajes, mientras los productos de tus manos no tengan un valor siempre y en todo tiempo cambiable y aceptable, mientras no encuentres abiertas de continuo cajas de crédito para el libre ejercicio de tu industria.
Cuando los demás dormían se escapaba a la cantina, y llorando le contaba a una mujer que si el honor y la victoria valen más que las personas es que no hemos aprendido nada
Dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto
Cuando yo era chico, y vivía en un barrio, la gran novedad o logro era tener un auto, y cuanto más lujoso era el auto más reconocimiento para la familia que lo había obtenido. Pero había una distinción para nosotros, el reconocimiento a la familia era en función de qué había hecho para conseguir ese auto. Había familias que trabajan padres e hijos y se compraban un Seat. Y había familias que se ganaban la lotería y se compraban un Mercedes Benz. Y nosotros valorábamos al que trabajaba mucho y se había comprado el Seat. Le doy ese ejemplo porque a partir de ahí aprendí que no se evalúa lo conseguido sino lo merecido. Primero hay que ver si el medio está de acuerdo con que se evalúe lo merecido y no lo conseguido, la respuesta es no.
La adquisición de una nueva verdad es como la adquisición de un nuevo sentido, lo que hace a un hombre capaz y le permite el reconocimiento de un gran número de fenómenos que están ocultos para los otros, ya que eran de él en un principio
Justicia es el nombre que se da a la clase de reglas morales que más íntimamente conciernen a lo esencial del bienestar humano y, por lo tanto, obligan de un modo más absoluto que todas las otras reglas de conducta de la vida.
Mi nombre es Alanis, solo tengo 16 así que déjame en paz. ¡No soy ninguna reina disco! (Oh Yeah - 1991).
Que otra cosa fue, en concepto de los hombre imparciales del país y en opinión del universo entero, sino un furioso brote comunista largamente planeado desde lejanas capitales marxistas y para cuya ejecución vinieron al país revolucionarios extranjeros de universal nombradía
Una capital, por el contrario, se abre a las mercancías, a las ideas, a los emigrantes, da publicidad a sus últimos caprichos. La provincia detestaba semejante obscenidad. Ese pretendido lustre le parecía una baratija se tomaba tiempo para asimilar lo que venía de fuera
Lo que distingue la pintura al óleo de cualquier otra forma de pintura es su especial pericia para presentar la tangibilidad, la textura, el lustre y la solidez de lo descrito. Define lo real como aquello que uno podría tener entre las manos.
Hay pocos bípedos, después de Adán, que hayan merecido el apelativo de hombres
El gobernante es, por lo común -salvo aquellos excepcionalísimos que aparecen nimbados por la aureola de la historia y que son en número muy reducido-, un hombre débil, entregado al oleaje de las pasiones populares, y muchas veces sin fortaleza para empuñar firmemente la caña del timón y conducir la nave al puerto de salvación.
Es el cínico el que bajo la pretensión de decir la verdad en todas partes y en todos los tiempos y a todo hombre de igual manera, el que hace gala de la verdad como de una imagen muerta, de un ídolo. Dándose la aureola de fanático de la verdad, que no puede tener consideración de la debilidad humana, destruye la verdad viva entre los hombres.
Tengo el orgullo de lucir este uniforme de preso con ustedes, porque prefiero morir en una cárcel podrido y no estar perfumado y bien vestido con el cartel de traidor a la Patria y al Ejército
Quítate el cartel y apuesto a que antes de seis meses... ¿Qué cartel? Ese que llevas en la cara: Soy viuda para siempre, no existo para la vida y para el casamiento. Decídete, vuelve a reír, a ser igual a todo el mundo y te juro que en menos de seis meses...
La era de la fotografía corresponde a la irrupción de lo privado en lo público; a la creación de un nuevo valor social como es la publicidad de lo privado.
La publicidad es hoy un principio negativo, un dispositivo de bloqueo: todo lo que no lleva su sello es económicamente sospechoso. La publicidad universal no es en absoluto necesaria para hacer conocer a la gente los productos, a los que la oferta se halla ya de por sí limitada. Sólo indirectamente sirve a la venta.
Triste cosa es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, señal de que no tiene: ni talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni honra que le murmuren, ni bienes que le codicien, ni cosa buena que le envidien.
La honra puede ser mancillada. La justicia puede ser vendida. Todo puede ser desgarrado. Pero la noción del bien flota sobre todo, y no naufraga jamás.
Lo mejor del ser humano sale cuando el éxito nos abandona. Por eso, este tipo de actividades me asusta, me asusta dejarme seducir por la admiración, porque sé de antemano que es inmerecido.
El secreto de mi éxito está en pagar como si fuera pródigo y vender como si estuviera en quiebra
Hay pocos bípedos, después de Adán, que hayan merecido el apelativo de hombres