Hay una filosofía para las ciencias. No la hay para la poesía. No conozco moralista que sea un poeta de primer orden. Es extraño, dirá alguien.
Del hecho parten el sabio, el esteta y el moralista que desprecian la prensa, y con el hecho se contenta la enorme mayoría cuya sola cultura es la prensa, y que no va más allá de la sensación y de la imagen corriente. Un gran diario no ha de encerrar sino hechos, o que parezcan tales.