El espíritu del hombre es indivisible; y yo no me duelo de esta fatalidad, sino, por el contrario, la reconozco como una necesidad de plenitud y coherencia. Declaro, sin escrúpulo, que traigo a la exégesis literaria todas mis pasiones e ideas políticas, aunque, dado el descrédito y degeneración de este vocablo en el lenguaje corriente, debo agregar que la política en mí es filosofía y religión.
-Toda falta es consecuencia de una degeneración del instinto.
Te juro que hubiera preferido permanecer siempre en la ignorancia. Antes eso que descubrir la ingratitud y la depravación de una persona tan querida por mí.
La traición supone una cobardía y una depravación detestable.
La vanidad puede estar unida con un bien natural, pero la envidia supone siempre perversidad en el corazón.
Escribir te convierte en alguien que siempre se equivoca. La ilusión de que algún día puedes acertar es la perversidad que te hace seguir adelante.
Tras la desconfianza en el propio criterio, viene la inmoralidad en la vida.
Exigir la inmoralidad del individuo es querer perpetuar un error hasta el infinito.