Yo siempre he visto que al que enseña los dientes todos le respetan, y dice bien el refrán que al que se hace miel las moscas se lo comen.
El refrán que no viene a propósito, antes es disparate que sentencia.
El proverbio persa dijo: no hieras a una mujer ni con el pétalo de una rosa; más yo te digo: no la hieras ni con el pensamiento.
En Boston tenemos un viejo proverbio en el sentido de que vamos a buscar nuestra religión a Roma y nuestra política la organizamos en casa.