Hace un año, hace seis meses, pensaba que era un artista. Ya no lo pienso, lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de mí. Ya no hay más libros por escribir, gracias a Dios.
El excitante aroma desprendido de cuanto usa la mujer hermosa y limpia impregnaba la atmósfera de efluvios como formados con emanaciones de flores extrañas y aliento de beldades soñadas. Todo era allí poéticamente sensual.
Hasta creo haber superado el momento halagador del aplauso para quedarme en la pura alegría del cantar, ahí encuentro yo toda la felicidad
El actual congreso es ilegítimo, el actual Presidente es ilegítimo, se eligieron con los mismos votos, y el país no puede ser complaciente con unas elecciones que se ganaron sobre la base de masacres, desapariciones, torturas, secuestros, desplazamientos, asesinatos selectivos y graves violaciones a los derechos humanos.
Sin la menor duda, el afecto solicito hacia mi persona había impedido a mis amigos traerme algo tan peligroso como es el papel en blanco y ponerlo a disposición de las sílabas que incesantemente segrega mi espíritu.
Con motivo de la jubilación forzoza del franquista antivasco Tomás Caballero Pastor y como celebración extraordinaria, solicito se me proporcione por demandadero:
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo
Creo que no soy un buen cantante, pero cuento historias. Hago partícipe a la gente de mis canciones. Tampoco hablo banalidades. Quiero dejar un mensaje, transmitir el testimonio de las personas para que se conozca su historia. Soy un tipo que está atento a lo que pasa. Hablo de temas tabúes y que nadie se anima a contar