Madre, tu hijo no ha desaparecido. Madre, que yo lo encontré andando contigo. Lo veo en tus ojos, lo oigo en tu boca, y en cada gesto tuyo me nombra.
Este fue el único gesto político de mi vida: la mano abierta. Es anticomunista, me dijeron. En absoluto, es mano abierta para recibir y dar, es signo de optimismo ante el mundo moderno, catastrófico.
Para un viejo anarquista como yo, que cree en la propiedad egoísta de Stirner y en la mónada autista de Leibniz, el mundo no es más que un tonto y entrometido auditorio que cree que está en un happening cuando ocurre un monólogo
Cada mónada es una entelequia que sale a la luz en determinadas condiciones. Un estudio del organismo permite estos secretos.
¡Qué instable es la fortuna en esta vida! Apenas nos muestra un día su rostro favorable para mirarnos con ceño muchos meses.
Hoy ceno contigo, hoy revolución...
Canto igual en todos los estilos porque es mi seña de identidad, pero le hago a todo
El español no es una lengua nacionalista, porque no es una seña de identidad para nadie; es plurinacional y multilingüe. A pesar de lo que dicen los estúpidos y los manipuladores, es una lengua generosa, abierta, donde cabe todo el mundo y donde cualquier variante documentada con rigor es incorporada
Los sentimientos y las emociones son el lenguaje universal que debe ser honrado. Son la expresión auténtica de quiénes somos
Sin elecciones generales, sin libertad de prensa, sin libertad de expresión y reunión, sin la lucha libre de opiniones, la vida en todas las instituciones públicas se extingue, se convierte en una caricatura de sí misma en la que sólo queda la burocracia como elemento activo.