Es gracioso porque los únicos momentos en que pienso en el VIH son cuando tengo que tomar mis
¿Sabes de qué me sonreía? Habías escrito que eras escritor de profesión. Me pareció el eufemismo más gracioso que jamás haya oído. ¿Desde cuándo el escribir es tu profesión? Nunca fue otra cosa que tu religión.
Si necesitan un techo pintado, una carrera de carruajes, una ciudad sitiada, un simio depilado o el Mar Rojo separad, piensan en mi.
Recuerdo perfectamente el instante en que me quedé dormido. Como si un simio gigante gris entrara de repente en la habitación con un martillo en las manos y me golpeara con todas sus fuerzas en la parte posterior de la cabeza.
Los hallazgos de Darwin, resumidos, vienen a decir que, después de cinco mil millones de años de evolución, y dejando atrás al chimpancé por un pelo, el hombre ha venido a dar en dependiente de zapatería, limpiaparabrisas o funcionario.
Bebés y niños pequeños hasta los dieciocho meses más o menos no son superiores mentalmente a los chimpancé de la misma edad. Sólo cuando empiezan a hablar es cuando se marcará una distancia astronómica con el chimpancé
Sobre el fino garabato de un tango nervioso y lerdo se irá borrando el recuerdo...
Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla
Ahora mismo lo único por lo que estoy preocupada en mi vida es por ser una artista. Tuve que suprimirlo durante tantos años en la escuela porque se burlaban de mí, pero ahora estoy completamente aislada en mi caja de locura y puedo hacer lo que quiera.
La mujer no existe. Sólo hay mujeres cuyos tipos varían al infinito.
El Frente Sandinista es un movimiento de masas, que ha entrado en el campesinado, no sólo donde ha operado la guerrilla sino por los diversos rumbos del país
Los galanes y los cortejos van a apostar con las señoras, y ofrecen una caja de guantes o un estuche de perfumes, en cambio de la pálida camelia que se marchita en los cabellos de la dama o del coqueto alfiler de oro que detiene los rizos en la nuca.
Los galanes y los cortejos van a apostar con las señoras, y ofrecen una caja de guantes o un estuche de perfumes, en cambio de la pálida camelia que se marchita en los cabellos de la dama o del coqueto alfiler de oro que detiene los rizos en la nuca.