Te sientas frente a un tablero y repentinamente tu corazón brinca. Tu mano tiembla al tomar una pieza y moverla. Pero lo que el ajedrez te enseña es que tú debes permanecer ahí con calma y pensar si realmente es una buena idea o si hay otras ideas mejores.
Cuando el impulso de jugar repentinamente invade a un adulto, esto no significa recaída en la infancia. Por supuesto jugar siempre supone una liberación. Al jugar los niños, rodeados de un mundo de gigantes, crean uno pequeño que es el adecuado para ellos; en cambio el adulto, rodeado por la amenaza de lo real, le quita horror al mundo haciendo de él una copia reducida.
Es así: mi corazón súbitamente se alza, acoge, abraza y luego cede y pierde, como se pierden, en el lecho muerto de un río, las piedras secas, las hojas olvidadas.
La vulgaridad, matando la imaginación, produce súbitamente para mí el tedio mortal.
Y de repente apareces tú, mientras me hablas hago que estoy dormida
Después de que los Estados Unidos engulleran California y la mitad de México, y nosotros fuéramos reducidos a la nada, la expansión territorial de repente se convierte en un crimen. Ha ocurrido durante siglos, y continuará ocurriendo.
Y hacía imposible aquella venganza que, por lo menos, podía tomar de improviso contra los otros. Un ángel, para una mujer, es siempre más irritante que una bestia.
La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado?.
Muchas veces nos pesa la sinceridad de sopetón y explosiva
La gente cree que los cincuentones hacemos cosas súbitas y sorpresivas para ahuyentar al fantasma de la vejez: comprar motocicletas para devorar carreteras, divorciarse inopinadamente y cortejar jovencitas de 18 años, iniciarse en el camino de los placeres homosexuales, consumir alcaloides como músico de heavy metal, tirarse al abismo del trago consuetudinario.
El hecho es que, si el suministro de energía fallase, la civilización moderna llegaría a su fin abruptamente al igual que la música de un órgano cuando se ve privado del viento....(Pero)... el todavía no reconocido problema energético espera en el futuro
Dios, Satanás, el paraíso y el infierno; todo desapareció un día a mis quince años, cuando abruptamente perdí mi fe.... Y después, para probar mi recién descubierto ateísmo, me compré un sándwich de jamón..., por lo que probé por primera vez la carne prohibida de los cerdos. No me golpeó ningún rayo.... Desde ese día hasta hoy he pensado en mí mismo como una persona totalmente secular
Me encantaría que nuestro país tuviera un arsenal inmenso de caricias bajo el mar; para que al caer la noche yo encienda dos velas para invadirte por sorpresa en la intimidad
Dormías, los brazos me tendiste y por sorpresa rodeaste mi insomnio.
Una mirada de susto o de sorpresa de una de ustedes cuando yo hablaba duramente, me corregía como ningún reto podría hacerlo; el amor, el respeto y la confianza de mis niñas era la recompensa más dulce que pudieran recibir mis esfuerzos para ser la mujer que ellas debían imitar.
El escritor es un hombre sorprendido. El amor es motivo de sorpresa y el humor, un pararrayos vital.
Los grandes espíritus siempre han encontrado violenta oposición de parte de los mediocres. Estos últimos no pueden entender cuando un hombre no sucumbe impensadamente a prejuicios hereditarios sino que, honestamente y con coraje, usa su inteligencia
No entiendo como se puede pitar falta a favor del Real Madrid y de la nada expulsan a Pepe
Yo me he esforzado para llegar de la nada a la pobreza extrema.
La vida cambió después de ese salto... de repente había llegado al más alto nivel de audacia, un nivel por encima incluso del que los pilotos de aviones podrían alcanzar
¿Lo mejor del cielo? Muy pronto los ángeles me lo habrán de mostrar ¿Adónde me llevan? La tierra abajo quedó, eclipse de vida en la tierra, las almas ya vuelan hacía el sol, eclípsase el sol de repente y es negro el cielo de Dios.
Quería tan solo intentar vivir aquello que tendía a brotar espontáneamente de mi, ¿por qué me iba a ser tan difícil?
El buen orden resulta espontáneamente cuando se dejan las cosas a sí mismas.