Lo irreal, lo imaginado y deseado, resulta inesperadamente el factor capital de la realidad humana, y por tanto de la Historia.
Es así: mi corazón súbitamente se alza, acoge, abraza y luego cede y pierde, como se pierden, en el lecho muerto de un río, las piedras secas, las hojas olvidadas.
La felicidad de este mundo me recuerda siempre el estado de esos asmáticos que no pueden reír con fuerza sin toser súbitamente
Y hacía imposible aquella venganza que, por lo menos, podía tomar de improviso contra los otros. Un ángel, para una mujer, es siempre más irritante que una bestia.
La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado?.
La aptitud para romper con el hábito es un don excepcional. Y pareciera apropiado llamar inspiración al derrumbe de ese sometimiento poderoso, casi siempre súbito y siempre liberador. El término es antiguo, y aún para muchos, venerable.
Mientras el cielo se oscurece y las olas se yerguen en un súbito chubasco, el bote en el lago flota enfermo a gusto.
El amor que nace repentinamente mas tarda en irse
No era conveniente llevar a los hombres a posiciones desesperadas, porque en aquellos momentos todos podían sacar repentinamente dientes y garras.