Hasta entonces indiferente a lo que pasaba en torno suyo, ahora parecía participar de la vida, de todo lo que la rodeaba; pasaba horas enteras contemplando el cielo, como si recién ahora hubiese descubierto que era azul y bello, que el sol lo iluminada de día, que se recamaba de estrellas a la noche.
Esta es la canción de la última cita. Eché una mirada a la casa sombría. Tan sólo en la alcoba ardían las velas con una llama indiferente y mustia.
No ignoro que me tacharán de cruel, pero sé muy bien quiénes serán ésos...Debo recurrir, pues, al instrumento insensible de la justicia, al hacha, que es forzoso que caiga sobre la cabeza de los culpables.
Y así he vuelto. Debí permanecer largo tiempo insensible sobre la máquina. La sucesión intermitente de los días y las noches se reanudó, el sol salió dorado de nuevo, el cielo volvió a ser azul. Respiré con mayor facilidad.
Hay dos formas de inconformismo: la una activa, y la otra indolente y plañidera
El autor aspira a que este trabajo contribuya a llevar la investigación psicológica, del estéril terreno de la llamada psicología empírica, y, por otra parte, de la especulación demasiado indolente y desfavorable, al fértil terreno propio de la vida.
El que es prudente es moderado; el que es moderado es constante; el que es constante es imperturbable; el que es imperturbable vive sin tristeza; el que vive in tristeza es feliz; luego el prudente es feliz.
Es imprescindible dominar los principios del arte de la guerra y aprender a permanecer como un espíritu inmutable incluso cuando estáis en el corazón de la batalla.
Dios, que muestras nuestras lágrimas a nuestro conocimiento, y que, en su inmutable serenidad, nos parece que no nos tiene en cuenta, ha puesto él mismo en nosotros esta facultad de sufrir para enseñarnos a no querer hacer sufrir a otros.
Lo que el pueblo necesita para gozar de libertades es su emancipación económica, base inconmovible de la verdadera libertad.
Aquel que no odia nada de lo que vive y vive benevolente y compasivo, exento de egoísmos y arrogancias, inconmovible ante el bien y el mal, a ése bien lo amo.
La única ternura inalterable es la que siente el perro hacia su amo. Todavía el hijo suele irritarse contra el padre; todavía el padre suele maldecir a su hijo. Sólo el perro sufre una paliza de su amo, y llora de amor por él.
Con pensamientos claros y limpios y la práctica del bien seréis hombres transparentes y justipreciados, como el agua de las fontanas de las altas montañas, como el rocío que desciende del firmamento y se acuna y brilla en la mañana, como el diamante que resiste duros golpes y continúa impertérrito irradiando esplendores y venciendo las agresiones de la sombra y la tiniebla.
Todo lo que el hombre hace a los animales, regresa de nuevo a él. Quien corta con un cuchillo la garganta de un buey y permanece sordo ante los bramidos de temor, quien es capaz de matar impávido a un atemorizado cabrito, y se come el pájaro, al que él mismo ha alimentado, ¿cuán lejos está del crimen un hombre así?
El libro es fuente para la sed, almohada para el cansancio, tamiz sereno para la loca alegría, pañuelo para las lágrimas, y consuelo para el dolor
¡Que fuera, sino, del arduo y sereno mandato que impone la vida a los que la comprenden en sus vastos lineamientos, si no hubiera un sereno panorama donde descansar las alas fatigadas del turbulento y recio rodar de las tormentosas adversidades!
Un flemático deja que le vengan las cosas y se alegra de que pasen de largo.
Debemos hacer más para librar a nuestro mundo de las malévolas armas cuyos objetivo principal son los inocentes de cualquier conflicto, las mujeres y los niños.
Hay mucha música comercial rondando, alguna detestable, y es por eso importante que no se dejen fijar en sus cabezas el objetivo único del éxito limitando así su frontera musical.
El esquema estoico de colmar nuestras necesidades rebajando nuestros deseos es como cortarnos los pies cuando queremos zapatos.
La férrea voluntad de un destino se rompe como una ola contra los escollos, ante la fe firme de una pareja fiel
No puede ser calificado de noble quien desconoce la voluntad del cielo, no puede estar asentado sobre una base firme quien ignora las leyes de las conveniencias («li»); no puede conocer a los hombres quien no entiende de las palabras de ellos.
En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural.
La falta de ostentación es fundamental en todo hombre que quiera ejercitar una acción docente de cualquier finalidad... para ser útil hay que ser austero, desinteresado y modesto...