Yo soy un arabesco de marquetería; hay trozos de marfil, de oro y de hierro; los hay de cartón pintado; los hay de diamante; los hay de hoja de lata.
Cada canción es como una hoja de ruta sobre lo que esa relación representaba, con pequeños marcadores que tal vez no todo el mundo sabrá, sin embargo hay cosas que eran pequeños matices de la relación, pequeños indicios. Y cada canción es así. Todo el mundo lo sabrá, así que realmente no tengo que enviar mensajes de correo electrónico en este caso.
¡Ah, qué suaves son tus labios! El beso que acabamos de atrapar es tierno y majestuoso como un gran árbol con un follaje nuevo.
Todo cambia y nada permanece. Y no habría belleza, ni danza, ni movimiento si las estaciones no alborotaran los colores y el follaje de los arboles no se desprendiera amarillo en el atardecer.