Nuestros compatriotas han aceptado, con una voluntad sin antecedentes, pagar un impuesto de un punto del Producto Interno Bruto, 2 billones de pesos aproximadamente, para apoyar a la Fuerza Pública.
Los hombres le hemos impuesto fronteras, límites indigentes y pobres y cual abejas, las palabras muertas huelen mal.