La vida de civil resultará increíblemente aburrida. Sin multitudes que te reciban llenas de júbilo, sin flores, sin aviones privados. Estoy convencido de que el mejor final para un oficial es la última bala de la guerra.
Vienen hasta nosotros, pero a nosotros el amor arrastra, y, sin masticar, engulle. Por él, como por bala encadenada, tropas enteras mueren.
Su piel, puesta a punto de caramelo por efecto de los rayos de sol, suscitaba deseos de morder.
La vida es dulce o amarga; es corta o larga. ¿Qué importa? El que la goza la halla corta, y el que la sufre la halla larga.
Los narradores de historias de las ciudades falsean de tal manera la vida, que la hacen aparecer dulce a los ojos de los perezosos, de los estúpidos y de los débiles, y eso sólo contribuye a reforzar sus flaquezas, sin enseñarles nada, ni hacerles el menor bien, ni engrandecer su corazón.