Su piel, puesta a punto de caramelo por efecto de los rayos de sol, suscitaba deseos de morder.
Si, si llamas cálculo a mi ansia de conservar tu amor; si eso es calcular, soy avara, pero con una avaricia loca.
El peregrino que ansía refrescar sus secos labios en las aguas vivas, y sin embargo no se atreve a lanzarse en ellas por temor a la corriente, se expone a sucumbir de calor. La inacción originada del miedo egoísta, no puede producir sino malos frutos.
Denme la tormenta y la tempestad del pensamiento y la acción, más que la calma chicha de la ignorancia y la fe.