La inteligencia no es más que saber conversar de unas cosas y otras con los demás, consiguiendo con ello una sabiduría infinita.
Con esta disposición de ánimo, determiné un día refugiarme en la soledad y evitar todo contacto con los hombres. Me dirigí a cierto paraje, no lejos del mar. (...) Me gusta pasar así el rato: puedo conversar conmigo mismo sin estorbo. Para quien ama la meditación no hay parajes tan propios como éstos.
No me atemorizan ni los gritos sediciosos, ni las amenazas. Desprecio hoy la muerte como la he despreciado en los campos de batalla. No puedo ni debo seguir esta discución iniciada en la forma que ha tomado. Si queréis discutir seriamente la situación del país, y buscar el remedio que conviene adoptar, designad a algunos individuos respetables con quienes pueda seguir tratando tan graves asuntos
Dejemos de discutir lo que debe ser un hombre bueno... y procuremos serlo
El vino no inventa nada. Sólo hace charlar sobre ello.
(Frente al rechazo del presidente egipcio Nasser a entrevistarse con Golda Meir): Supongamos que quisiésemos devolver territorios ocupados; ¿a quién? No podemos mandárselos a Nasser por correo
La fe es un hecho en los que la poseen. Y les resulta inútil disertar sobre ella a aquellos que no la tienen.
La noticia me ha parecido de tal gravedad, de tal gravedad.. y aunque no es mi norma comentar cosas del día a día del club, cuando se traspase la línea de la ética, aquí me tendrán, defendiendo a esta institución
Empiezo por comentar lo obvio: la igualdad, como la interpretamos los seres humanos, no existe en la naturaleza
Vamos a tratar de crear las condiciones en las que las personas pudieran reunirse en un espíritu de trabajo en equipo, y el ejercicio para el deseo de su corazón es su capacidad tecnológica
Quizás logre resistir a todos los hombres, más no a Jehová Dios. En el nombre de Jehová Dios y de su Rey nombrado, Cristo Jesús, le pido que ordene a todos los funcionarios y siervos de su gobierno que permitan a los testigos de Jehová de Alemania reunirse pacíficamente y adorar a Dios sin estorbo.
Con el terrorismo no hay que dialogar más que sobre la entrega de las armas, el final de la violencia, a medio plazo, quizá de aliviar las condenas, etcétera.
Cuando recibo a los políticos, algunos vienen bien, con buena intención y compartiendo la visión de la Doctrina Social de la Iglesia. Pero otros llegan solo para buscar lazos políticos. Mi respuesta siempre es la misma: la segunda obligación que tienen es dialogar entre ellos. La primera es el custodio de la soberanía de la Nación, de la Patria.