En la conducta humana lo que no es orgánico es social. (...) Nuestra conducta es genes, adrenalina, etcétera, combinados con la educación y los condicionamientos sociales.
En el fetichismo, el sexo echa abajo las barreras entre los mundos orgánico e inorgánico. Vestidos y adornos establecen con él sus alianzas.