Cuando cometo alguna tropelía siempre encuentro algún idiota dispuesto a justificarlo en Derecho.
El reclutamiento de cada granuja errante... para llevar fuego y espada y ultraje y todo atropello concebible entre los súbditos más pacíficos del rey de Francia. Las narraciones de las crueldades y abominaciones de esta cruzada son mucho más terribles de leer que cualquier narración del martirio de los cristianos a manos de los paganos.
El ALCA es un atropello a la soberanía; es un proyecto colonial, imperialista
El compromiso del corazón, de alguien que ha militado en política toda la vida, está junto a los que no eligieron la vida que tienen y que es entonces, desde la gestión de un gobierno, desde el Estado, donde estamos ante la responsabilidad política y moral de reparar esa injusticia de vivir una vida que no se quiere y que merece ser mejor.
La primera pequeña mentira que se contó en nombre de la verdad, la primera pequeña injusticia que se cometió en nombre de la justicia, la primera minúscula inmoralidad en nombre de la moral, siempre significarán el seguro camino del fin.
Nos hartamos de andar por sendas de iniquidad y perdición, atravesamos desiertos intransitables.
Así como es imposible para Dios condenar al que conduce una buena vida y cree la verdad, así es también imposible para El salvar al que vive en la iniquidad y cree en falsedades; porque esto es igualmente contrario á Su Orden y por consiguiente contrario á Su Omnipotencia, la cual sólo puede operar con justicia, y las leyes de la justicia son verdades, que no pueden sufrir modificación alguna.
Cuando la arbitrariedad y la ilegalidad se atreven a levantar la cabeza con insolencia e impudicia, es siempre un signo seguro de que los llamados a defender la ley no han cumplido con su deber.
Cuando asumimos la ilegalidad como la primera opción ante las responsabilidades cotidianas - individuales o colectivas - socavamos las bases de la democracia. Ser cada uno ejemplo de civismo es socialmente más eficiente en el largo plazo; la sociedad no termina con nosotros... continúa.
La guerra es el principal negocio de las naciones, y el despotismo durante la campaña, indispensable
La esencia profunda de ese Estado, según el resumen del profesor Burdeau, es la colonización del Estado por la técnica, el despotismo de la técnica, que le dicta sus objetivos y saca los problemas del terreno de la política y de la lucha social para colocarlos únicamente en el aséptico, aclasista y funcional de los dictados del desarrollo tecnológico.
Cae la cabeza del rey, y la tiranía se vuelve libertad. El cambio parece abismal. Luego, pedazo a pedazo, la cara de la libertad se endurece, y poco a poco se vuelve la misma vieja cara de la tiranía. Después, otro ciclo, y luego otro más. Pero bajo el juego de todos estos opuestos hay algo fundamental y permanente: la ilusión básica de que el hombre puede ser gobernado y al mismo tiempo ser libre
En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.
Puede que sea un inadaptado o quizá un hombre con las ideas demasiadas claras, tanto que resultan incompatibles con aquellos que manejan sus ideologías a su antojo y conveniencia para sacar mejor provecho de ellas
Toda mujer posee un derecho intrínseco e inalienable en tanto que ser humano, de trabajar como desee y de administrar a su antojo sus ganancias
Natasha se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre más aire en mi habitación. Puedo ver la brillante franja de césped verde que se extiende tras el muro, arriba el cielo claro y azul y el sol que brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente.
Si somos tan ricos, ¿por qué hay tanta miseria a nuestro alrededor?, ¿por qué las masas se embrutecen con trabajos penosos? Los socialistas ya lo dijeron: porque todo lo necesario para la producción fue acaparado por algunos, a lo largo de una historia de saqueos, guerras, ignorancia y opresión que vivió la humanidad antes de dominar las fuerzas de la Naturaleza