Otro creería que la nave, al cortar con la proa la ola altanera, se va a precipitar en tan terrible viaje a los abismos. Pero allá dentro, invisible entre los mástiles, hay un marinero que sabe dirigir la nave.
La prosperidad del crimen es como el rayo, cuyos engañosos fuegos sólo embellecen un instante la atmósfera para precipitar en los abismos de la muerte al infeliz a quien han deslumbrado
Momento a momento, así es que vivimos ahora. Apreciamos cada día y también le tenemos miedo. Podría ser el último día. Suena chistoso, pero cualquier día te podría atropellar un auto o algo así. Estoy empezando a apreciarlo
...el varón prudente y bueno todo le pone en abreviar la plática.
Pese a la relativa apacibilidad de los austríacos, no me parece en absoluto inconcebible que, llegado el caso, se los pueda azuzar a cometer actos brutales y sangrientos.
Infiel como el ala de los pájaros infieles tú siempre serás mía: los eucaliptus sangraban, un caballo ciego fue a agonizar entre los rieles porque no quería ver el fin de nuestro amor mientras se marchitaban los dedales de oro sembrados por un loco. Tú siempre serás mía. Infiel como el ala de los pájaros infieles.
La vida humana se parece a un camino cuya salida es un precipicio horroroso; nos advierten de ello desde los primeros pasos; pero el decreto está ya pronunciado: es preciso adelantar siempre sin poder retroceder.
—Señorita Cripslock, señorita Cripslock... esta mañana me he levantado sin otra idea en la cabeza que adelantar papeleo de la Oficina de Correos y a lo mejor resolver el problema del dichoso sello Especial Verde Col de veinticinco peniques. Ya sabe, el que da una col si se planta. ¿Cómo puede esperar que tenga ideada una nueva iniciativa fiscal para la hora de la merienda?
Está loca por mí. ¡Qué mujer no lo está! Yo sé que va usted a preguntarme cuál es mi secreto... ¡Voto al diablo que sois osado! El secreto es no darles a entender que se las quiere. No ir nunca tras ellas. Que ellas vayan detrás de ti. Hay que avivar el cariño del amor con el abanico de la indiferencia.
Un día habré dormido con un sueño tan largo que ni tus besos puedan avivar el letargo. Un día estaré sola, como está la montaña entre el largo desierto y la mar que la baña
Lo más bonito que hay es compartir; tender la mano a quien no tiene y dar de ti sin recibir; que las estrellas son los besos que me das antes de ir a dormir
Es lamentable y triste que haya ciudadanos que vayan a dar su apoyo a un Gobierno que tiene encima de la mesa el proyecto de negociar con asesinos