Tuve miedo como no lo he tenido jamás, pero no quise que mi madre y mis hermanas me creyesen cobarde, y permanecí inmóvil en medio del presbiterio, con los ojos fijos en la puerta entreabierta. La luz de la lámpara oscilaba. En lo alto mecíase la cortina de un ventanal, y las nubes pasaban sobre la luna, y las estrellas se encendían y se apagaban como nuestras vidas.
Un buen ensayo debe tener esta cualidad permanente; debe bajar su cortina alrededor nuestro, pero debe ser una cortina que nos encierra dentro, no fuera.
Interrogad al bizkaíno que no es lo que quiere y os dirá trabajo el día laborable e iglesia y tamboril el día festivo; haced lo mismo con los Españoles y os contestarán pan y toros un día y otro también, cubierto por el manto azul de su puro cielo y calentando al ardiente sol de Marruecos y España.
Yo era todavía, una presa de mil pensamientos, ahogado en el manto de la noche.
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado. Encuentras un astro y quizá deberás empezar a corregir el rumbo cuando nube huracán o aullido profundo te pongan estremecimientos.
Todo lo que sea combustible se convierte en llamas al ser tocado por el rayo: el plomo corre como agua, el hierro se ablanda, el vidrio se rompe y se funde, y cuando toca el agua, ésta estalla en una nube de vapor.
Como muñecas mecánicas se puede ver el mundo con ojos de porcelana y dormir año tras año, en una caja de terciopelo entre paletas y tul con el cuerpo relleno de paja se puede, a cada escandalosa caricia, sin ninguna razón gritar: ¡Oh, que feliz soy!
... casí todos quieren hacer pasar sus invenciones por palabra de Dios y que no pretenden otra cosa que, so pretexto de religión, forzar a los demás a que piensen como ellos.
Nada extraño, pues, que, bajo pretexto de la religión, la masa sea fácilmente inducida, ora a adorar a sus reyes como dioses, ora a execrarlos y a detestarlos como peste universal del género humano.
En economía no hay nada misterioso ni inaccesible al entendimiento del hombre de la calle. Si hay un misterio, reside él en el oculto propósito que puede perseguir el economista y que no es otro que la disimulación del interés concreto a que se sirve
El devenir como en completación de algún pasado donde el repliegue de la escena se repliega en distorsión de la palabra aún no dicha nunca dicha.
El dinero es, de hecho, un incentivo falso y causa 100 veces mas distorsión que contribución
La confusión es nuestra, que olvidamos lo que hay de agua, de soplo y de inocencia en el fondo de cada uno de nosotros, terrestres.
La dura realidad es una desoladora confusión de hermosos ideales y torpes realizaciones, pero siempre habrá algunos empecinados, héroes, santos y artistas, que en sus vidas y en sus obras alcanzan pedazos del Absoluto, que nos ayudan a soportar las repugnantes relatividades.
Una buena capa todo lo tapa.
Como Antístenes, filósofo cínico, tuviese la capa rota y la anduviese enseñando a todos, díjole Sócrates: Por la hendidura de tu capa conozco tu vanidad. Quiso dar a entender que peor era aquella presunción que tenía enseñando su capa rota, que si trajera una vestidura más rica.
A la vuelta de la esquina, enrejados, cinco ábsides de piedra festoneados por cortinas de hiedra, calados por largos ventanales sin cristales. Melancolía de muerte. No he visto jamás ruinas tan delicadas ni siniestras.
La noche cayó antes de que el cortejo llegase a la cima del más alto roquedal. Entonces, un viento impetuoso hizo jirones las cortinas de los palanquines y las literas, y dejó a las pobres damas entregadas a todos los furores de la tempestad. La oscuridad del cielo acentuó el terror de aquella noche desastrosa.